Los clicks no lo son todo: el caso de Álvaro Prieto

RTVE vulnera el derecho a la intimidad mostrando la imagen del cuerpo sin vida de un joven desaparecido 

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El caso que vamos a tratar es el reciente suceso de la desaparición de Álvaro Prieto, un joven cordobés de 18 años al que se le perdió la pista en la madrugada del jueves 12 de octubre. Tras varios días de búsqueda, el cuerpo del joven ha sido hallado sin vida por un reportero de RTVE entre dos vagones de un tren.

En lo que a nuestra profesión respecta, consideramos que el trato informativo no ha sido del todo correcto debido al morbo que ciertos medios de comunicación han aprovechado para atraer audiencia, sobre todo en el momento de la aparición del cadáver. 

El periodismo debe actuar con respeto, veracidad y objetividad, sin ser este el caso de RTVE, que mostró unas zapatillas y un pantalón beige, elementos que pertenecían a un cuerpo sin vida oculto entre dos vagones del tren. El hecho de que los padres y amigos de Álvaro Prieto se hayan enterado del fallecimiento del joven es algo inadmisible. Según el código deontológico de RTVE, el derecho a la intimidad debe ser preservado en caso de sufrimiento y desgracia. También se menciona que los primeros planos de personas o cadáveres son innecesarios. Si bien es cierto que desde la cúpula de RTVE se han excusado y pedido perdón en que el vídeo ha sido un error del directo, creemos que montar el set en la estación donde el desapareció el joven ha sido algo intencionado y fuera de lugar. 

También el periodismo ciudadano ha actuado de manera errónea alimentando el sensacionalismo provocado por los medios de comunicación, reenviando en multitud de ocasiones audios de la víctima momentos antes de que se produjese su desaparición. 

Debemos considerar el respeto a la dignidad del difunto y su familia. La exhibición de un cadáver en horario de máxima audiencia puede ser profundamente traumática para los seres queridos y falta de respeto hacia la memoria de la persona fallecida. La privacidad y el duelo son derechos fundamentales que deben ser protegidos, y la televisión pública tiene la responsabilidad de garantizar que estos derechos no sean violados. 

Por otro lado, la difusión de imágenes gráficas de un cadáver en la televisión puede tener un impacto negativo en la audiencia, especialmente en los niños y adolescentes. Esto plantea la cuestión de cómo debemos equilibrar la necesidad de informar con la necesidad de proteger a la sociedad de imágenes perturbadoras que podrían causar daño psicológico. 

Además, la ética periodística exige un alto nivel de responsabilidad en la cobertura de noticias. Mostrar un cadáver sin una razón legítima y sin considerar cuidadosamente las implicaciones étcas puede socavar la confianza del público en los medios de comunicación y en la integridad del periodismo. 

Desde hace años, el periodismo de sucesos en España se ha convertido en un circo mediático en el que prima la exclusiva y la instantaneidad sobrepasando todos los códigos éticos y morales que aprendemos en la facultad. Por esto, creemos conveniente que las personas responsables de la retransmisión donde ha aparecido el cuerpo, deberían asumir sus responsabilidades y dimitir de sus respectivos puestos, así como el cámara, encargado de realizar un zoom previo a la triste imagen que ha suscitado el revuelo en redes. 

ALEJANDRO ALONSO, RODRIGO CARRAVILLA Y NICOLÁS DELIBES

1 comentario en «Los clicks no lo son todo: el caso de Álvaro Prieto»

  1. Los medios de comunicación deben estar al tanto de las noticias más importantes, y este caso es una de ellas, ya que tuvo en vilo a todo el país durante varios días. La actuación de los medios en hechos como estos es de gran utilidad, ya que pueden encontrar pistas muy importantes e incluso ayudar a las personas que realizan la investigación.
    Sin embargo, en este caso en concreto, los medios actuaron de manera incorrecta. Primero RTVE, que fue quien emitió en pleno directo el cadáver del joven, seguido de todos aquellos medios de comunicación que se hicieron eco de la noticia y difundieron las imágenes. Ninguno de ellos ha respetado el Código Deontológico del Periodismo, faltándole al respeto tanto al fallecido como al dolor de sus familiares.

    GUILLERMO GARCÍA, ALBERTO DOMINGO, RAÚL ÁLVAREZ

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