A lo largo de todo este mes se ha viralizado un presunto titular perteneciente al año 2021 en el que se asegura que la Comisión Europea insta a felicitar “las fiestas” en lugar de la “Navidad” con la intención de lograr una mayor inclusión de otras religiones, creencias y tradiciones. Las personas que publican y difunden esta información en redes sociales aseguran que pertenece a una medida de la Comisión de este mismo año. Maldita ha destapado el bulo, afirmando que se trata de una guía del año 2021 que se retiró finalmente tras la revisión de la misma y llegó a ser publicada oficialmente.
Como recoge una noticia publicada en el periódico El Español (publicada el 30 de noviembre de 2021), el documento principal fue divulgado por el periódico Il Corriere della Sera (Italia) recalcando que no todas las personas son cristianas y es necesaria una sensibilidad con todas las tradiciones que se celebran en esta época festiva. El artículo también hace referencia a una publicación en la red social X por parte de Helena Dalli, Comisionada europea para la Igualdad, exponiendo que es importante las directrices en comunicación inclusiva y que es un trabajo en pleno cambio y progreso.
Esta guía era de carácter interno e iba dirigida a los funcionarios europeos con una intención integradora dentro del equipo laboral, el cual está compuesto por personas con mucha variedad cultural y religiosa. Contenía 30 páginas en las que no solo se hablaba de la propia felicitación, sino también de recomendaciones a llevar a cabo sobre el uso de un lenguaje más integrador en temáticas LGTBIQ+ o de género. Este tipo de documentación puede ser difundida a través de diferentes formatos, y las buenas prácticas en igualdad e integridad son uno de ellos. Todos estas instrucciones no son vinculantes, como asegura el medio Newtral en su artículo. Simplemente son recomendaciones y no existe ninguna obligatoriedad sobre ellas.
Una vez publicadas y conocidas las directrices expuestas por parte de la Comisionada, la Comisión Europea afirmó que la guía todavía no estaba publicada, sino que se encontraba en proceso de estudio. En el reportaje publicado por Maldita se afirma que el medio se puso en contacto con la Comisión Europea, y fueron ellos mismos quienes afirmaron que no desaconsejan el uso de la palabra ‘Navidad’ para felicitar estas épocas del año; y que la guía ni siquiera había sido publicada en el año 2021 y siempre está en constante revisión por el equipo del Comisionado de Igualdad.
Varios medios como Newtral o 20 minutos, además de El Español o Maldita, han desmentido la información con la intención de paliar los efectos del propio bulo. Pero su labor, aunque con intención positiva, no ha sido muy práctica, pues la noticia falsa continúa circulando por redes como TikTok, X o Facebook. Los usuarios de las redes sociales reivindican su odio hacia la supuesta decisión de la Comisión Europea sobre las felicitaciones de Navidad. Estos son algunos ejemplos:
La labor periodística se basa en la búsqueda de la verdad. Pero en un mundo conectado a través de las redes sociales, esta búsqueda puede ser compleja. Los ciudadanos pueden participar dentro de la parrilla informativa y desatar noticias falsas basadas en la mala interpretación de unos hechos principales. Las personas que están en contra de la supuesta medida de la Comisión Europea realmente no conocen toda la información, no saben que son recomendaciones para los propios funcionarios en su contacto de forma interna dentro de las instituciones y no para la totalidad de la población.
Es importante recalcar además la función de los medios de comunicación, los dueños de la veracidad. Estos deben intentar, en la medida de lo posible, paliar los efectos de la desinformación en las redes sociales dando paso a la objetividad, sin basarse en ideologías que pueden afectar a la veracidad de la información. Aunque los medios hayan hecho su labor, este tipo de bulos siguen en las redes sociales, y es labor también de la población intentar verificar si la información que están leyendo es real o no, además de no dejarse llevar por los líderes de opinión que imperan en dichas redes.
Por Carlota Bayo Agudo, Patricia Carballo Nieto y Mario Fernández Rodríguez