La FAPE publica un informe sobre la importancia del tratamientoético en la cobertura mediática de víctimas del terrorismo

En un informe reciente emitido por el Consejo de la Federación de Asociaciones de la
Prensa de España (FAPE), se resalta la relevancia de un enfoque ético y responsable en
la cobertura informativa de las víctimas del terrorismo. Este documento, alineado con la
Resolución 2005/1, aborda las complejidades inherentes a la cobertura mediática en
situaciones de violencia terrorista, enfatizando la necesidad de equilibrar el derecho a la
información con el respeto a la dignidad humana.

El informe comienza recordando las palabras de Adolfo Suárez, expresidente del
Gobierno, quien expresó: «La cuestión relativa a cómo deben tratar los medios de
comunicación el fenómeno del terrorismo y las noticias que el mismo genera, es un debate
ya tradicional». Estas palabras reflejan la naturaleza compleja de este tema, donde
aspectos profesionales, deontológicos, éticos y emocionales entran en juego.

En este contexto, el informe subraya la necesidad de comprender las verdaderas
intenciones de los terroristas,
resaltando que la propaganda y la intimidación son sus
objetivos primordiales. Citando a Paul Wilkinson, se define el terrorismo como «el uso
sistemático del asesinato, el daño y la destrucción o la amenaza de ellos, para crear un
clima de terror». La propagación de este clima de terror se facilita a través de los medios
de comunicación, que amplifican y difunden los actos violentos, otorgándoles
dimensiones que no tendrían si se limitaran al círculo de los testigos directos.

Aunque el informe reconoce los efectos perjudiciales de la publicidad no deseada,
sostiene que un tratamiento periodístico bien orientado de los hechos terroristas puede
tener consecuencias sociales y políticas beneficiosas, al movilizar a la sociedad frente a
la violencia. No obstante, critica la falta de un tratamiento crítico en los medios durante
épocas de violencia intensa,
señalando que en ocasiones se limitaban a ejercer de notarios
de la violencia sin el distanciamiento necesario.

En términos éticos, el documento destaca la importancia de la autorregulación en los
medios, indicando que esta no debe ser una restricción a las libertades constitucionales,
sino un servicio a la sociedad y a la dignidad de la profesión periodística. Se subraya la
subordinación del derecho a informar al deber de respeto a la dignidad humana en
situaciones de conflicto,
y se enfatiza el rechazo explícito de cualquier tipo de expresión
de violencia.

El informe aborda críticamente la falta de un tratamiento crítico en los medios durante
períodos de violencia intensa, resaltando la necesidad de centrarse más en las víctimas
que en los perpetradores. Se reconoce que, en el pasado, la información publicada en los
diferentes medios de comunicación se centraba mayoritariamente en los terroristas,
dejando a las víctimas en un segundo plano y, en algunas ocasiones, limitándose a ejercer
de notarios de la violencia sin el distanciamiento necesario.

El documento se sumerge en la dinámica informativa que rodea a los actos terroristas,
señalando las circunstancias especiales que surgen con el trabajo periodístico en tiempo
real. Se destaca la obligación de trabajar en directo, reconociendo los riesgos de las
retransmisiones en vivo y la incidencia en la opinión pública. Aunque se pide a los
informadores que extremen la prudencia, el informe sugiere que los Poderes públicos
también deben ser conscientes de las circunstancias especiales en las que se desarrolla el
trabajo informativo en tragedias de esta naturaleza.

El informe incluye fragmentos que resaltan la importancia de la formación de periodistas
especializados en la información de tragedias y sugiere que las empresas informativas,
las organizaciones profesionales y las Facultades de Ciencias de la Información fomenten
esta formación. Asimismo, se abordan las dificultades y riesgos que asumen los
periodistas que, con criterios democráticos y deontológicos, abordan en su trabajo
profesional diario las cuestiones relativas a la violencia terrorista.

La conclusión del informe refuerza el llamado a la solidaridad con periodistas que han
sido víctimas de la violencia terrorista, reconociendo su defensa de la libertad, su
profesionalidad periodística y su servicio generoso a la sociedad. En resumen, este
informe busca profundizar en la importancia de un tratamiento ético en la cobertura
mediática de situaciones terroristas,
promoviendo el respeto a las víctimas y la
responsabilidad de los medios de comunicación en la difusión de información relevante.

Álvaro Gutiérrez Chapado, Inés Gutiérrez González, Alejandro Revilla Benito.

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