Dos suicidios y un mal uso de las palabras

Dos menores se quitan la vida en Sallent, un pueblo de Barcelona. Los motivos varían, en función de la fuente citada: se habla de acoso escolar, la transexualidad de una de las víctimas, el origen extranjero o incluso del desconocimiento de la lengua catalana. 

El tratamiento de este caso en los medios de comunicación ha dado mucho que comentar. Se reprocha que conociendo la identidad sexual de la menor y haciéndose llamar Iván, no se la tratara en género masculino, en lugar de hacer referencias constantes en femenino, como puede ser “las gemelas” “la menor” etcétera.

Este tema ha sido tan sonado que ha contado con la participación de diferentes personas: en primer lugar, aparece Xosé Manuel Cerviño Meira, que critica la actuación del periódico, EL PAÍS, ya que considera que siendo un medio tan cualificado como es, no está respetando, ni empatizando con la transexualidad. El periódico, publica una noticia en la que escribe: “había pedido que la llamasen Iván porque se sentía un chico. Y eso había provocado la mofa entre algunos compañeros, que le llamaban Ivana”. Cerviño Meira insiste en que con estas palabras dañan su sensibilidad y la de otras personas que pertenezcan al colectivo además de a sus familiares y amigos. 

En segundo lugar, Mané Fernández, vicepresidente de la Federación Estatal LGTBI+, considera que el proceso empieza cuando la persona lo comunica y que, por tanto, no se deberían de haber utilizado referencias genéricas. Ellos no fueron los únicos en criticarlo, hubo más de 300 comentarios de este tipo. 

En la redacción se juntaron tanto editores como redactores para intentar establecer la información de la manera más adecuada posible. Finalmente, mezclaron el trato masculino y femenino respetando la concordancia gramatical. La decisión final de publicación fue tomada por la línea jerárquica del periódico. Esto se justificó según lo escrito en el libro de estilo. En el que es cierto que en el tratamiento de las personas transexuales hay que respetar la forma en la que ellas desean ser tratadas, siempre y cuando se conozca. EL PAÍS rectificó publicando una noticia en la que decía que el periódico modificaría la manera de hablar en el tratamiento de la menor una vez sea conocida la identidad de género de la menor, con claridad.

Alex Grijelmo, explica que la referencia en el libro de estilo, se incluyó en febrero de 2021 y que era una forma de abrir camino, pero cuando ellos establecieron esa norma lo hicieron pensando en personas adultas, no en menores. Grijelmo cree que no vale el simple deseo de querer ser hombre, sino que los deseos deben adquirir rasgos formales. Además, se respalda en que la ley trans aprobada recientemente, no permite a los menores tomar una decisión por si solos, mínimo hasta que no tengan 16 años. 

María Martín, autora del libro Ni por favor ni por favora, especialista en igualdad y lenguaje no sexista e inclusivo considera que el tratamiento ha sido adecuado. Cree que este tema abrirá un largo debate, y que en un futuro se analizaran otros casos, ya que cada caso es distinto y merece un tratamiento a medida. 

Es una situación complicada, además de nueva para los medios de comunicación, pero el trato de los menores en prensa debe abordarse con responsabilidad y ética periodista. La mejor manera de conseguir esto último es basándose en todos los libros de estilo. Los profesionales deben informarse y contrastar la información la veces que sea necesario, para publicar los datos con la mayor veracidad posible. 

Soledad Alcaide, en la defensa asegura que todos los trabajadores del periódico trataron de publicar la noticia con el mayor tacto y la mejor construcción gramatical posible además de con un profundo respeto. 

Realizado por: Natalia Aparicio, Silvia Andrés, Anna Fuentes y Cristian Cadei.
Foto: El País

1 comentario en «Dos suicidios y un mal uso de las palabras»

  1. Se trata de un tema complejo y del que se han creado diferentes conjeturas alrededor. Sea como sea, la muerte de dos menores de edad es una tragedia. En cuanto a los medios de comunicación, a nuestro juicio, la opción más lógica es tratar de averiguar si realmente la niña se sentía como un niño y quería que le llamaran por su verdadero nombre (Iván) o no, puesto que sus padres desmintieron esta información más adelante.

    Estamos de acuerdo con que los manuales de estilo ayudan y en que es un tema muy nuevo para la prensa, sobre todo tratándose de niños. Es por eso que la ética y la razón deben ir primero antes de escribir cualquier cosa.

    Fdo: Marina Cabrero Duque, Marta Gamazo Rodríguez, Daniel Majerna y Daniel Mangas Diez

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