La FAPE considera que Mediterráneo Digital vulneró el Código Deontológico en el tratamiento de informaciones que implican a personas de etnia gitana

Los manuales establecen que el periodista debe abstenerse de “prejuicios a la raza, color, religión, origen social o sexo” y “evitar expresiones o testimonios vejatorios o lesivos para la condición personal…”.

FCO. JAVIER ÁLVAREZ, CAMINO ARANZANA Y MARIO AZCONA

La Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) determinó en 2020 que el diario digital Mediterráneo Digital vulneró el Código Deontológico de la profesión. Según la comisión, el periódico incumplió  varios puntos éticos en el tratamiento de informaciones que implicaban a personas de etnia gitana.

El reportaje titulado “Hordas de gitanos colapsan las Urgencias del Hospital de Salamanca como zombies ‘The Walking Dead” narra la situación que se vivió en las urgencias del hospital salmantino, donde los sanitarios que se encontraban de guardia tuvieron que recurrir a la Policía Local y Nacional, ya que “más de 300 personas de etnia gitana se encontraban arropando a un familiar” por lo que estaban impidiendo el correcto funcionamiento del servicio”.

Según publica Mediterráneo Digital, el origen del problema viene dado por una llamada al servicio sanitario por un posible infarto. Ante la impaciencia del afectado y algunos familiares, decidieron llevar al enfermo directamente a urgencias sin esperar a la ambulancia del Sacyl que había sido enviada desde el control.

Una vez en urgencias, los sanitarios certificaron que efectivamente se trataba de una parada cardiorrespiratoria. Un diagnóstico que ocasionó un efecto llamada entre familiares que rápidamente se agolparon en las puertas de urgencias, así como en las zonas reservadas para el paso de ambulancias. Una situación que se desmadró hasta tal punto que fue necesaria la intervención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para desalojar la sala de espera del hospital.

Beatriz Micaela Carrillo de los Reyes, como presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas (Fakali) interpuso un escrito a la FAPE donde consideraba una mala práctica profesional en el tratamiento de esta información por parte de la Gaceta de Salamanca y Mediterráneo Digital.

En el caso de La Gaceta de Salamanca, la denunciante consideró que la noticias (“Movilización policial en el Hospital Clínico por incidentes en una concentración de personas de etnia gitana” y “Calma tensa en el Clínico tras la muerte del paciente que ingresó a última hora del martes en parada cardiorrespiratoria”) incidían de manera evidente en la etnia de las personas que protagonizaban la información, algo, que, desde su forma de ver, era totalmente innecesario. Ante la denuncia de la asociación, desde la Gaceta de Salamanca, su director alegó que en este caso “la pertenencia a un grupo étnico es significativo para la información, pero que en ningún momento constituye un ataque a la comunidad, sino la mera constatación de unos hechos de interés público”.

En el caso de Mediterráneo Digital, que comparaba los hechos sucedidos con la serie de televisión The Walking Dead, la denunciante acusa al medio de difundir una imagen negativa y distorsionada de los gitanos. Una forma de tratar la información con la que desde la asociación consideran que “no ayuda a acabar con las situaciones discriminatorias a las que se sigue viendo sometida el pueblo gitano”.

Desde la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), mediante una resolución el día 25 de junio de 2020, consideró que las informaciones publicadas en ABC (reportaje distinto al aquí tratado) y en la Gaceta de Salamanca no infringían el código deontológico, al considerar que, como en dictámenes anteriores, “la referencia de la condición gitano es descriptiva, es veraz, y no incorpora elementos discriminatorios o despectivos”. Por el contrario, en el caso de Mediterráneo Digital, sí se estipuló que se incumplía el punto 7 A y C, donde se estipula que “el periodista debe abstenerse de aludir de modo despectivo o con prejuicios de raza, color, religión”, así como evitar expresiones vejatorias para la condición personal. La FAPE entiende que los términos utilizados de “horda”, así como comprar la situación con la serie “The Walking Dead” añaden juicios de valor e incitan al odio, lo que contraviene a la deontología profesional.

Prescindir de mencionar la raza o nacionalidad de las personas

Con todo ello, este caso sirve de cierta forma para analizar y ver cómo deber ser la cobertura mediática en noticias que impliquen a personas de la etnia gitana y otras minorías. Si lugar a duda, un caso paradigmático que requiere de unas pautas y normas profesionales para que la información cumpla con sus objetivos periodísticos. En general, muchos códigos profesionales establecen que el periodista deberá prescindir de mencionar la raza o nacionalidad de las personas sobre la que se informa si no tiene una relación directa con el hecho noticioso.

Los medios de comunicación generan en la sociedad la representación de minorías y colectivos, por lo que hay que huir de representaciones fáciles, prejuicios y estereotipos. Siempre hay que abordar las informaciones desde una perspectiva suficiente y con contexto. En definitiva, generalizar y tener actitudes irresponsables pueden fomentar odio y discriminación entre la ciudadanía hacia estas minorías.

En primer lugar, el Código Deontológico de la FAPE establece en líneas generales los principios básicos que aplican a cualquier tipo de información. En su artículo 7 de los principios generales establece que “el periodista extremará su celo profesional en el respeto a los derechos de los más débiles y los discriminados. Por ello, debe mantener una especial sensibilidad en los casos de informaciones u opiniones de contenido eventualmente discriminatorio o susceptibles de incitar a la violencia o a prácticas humanas degradantes”. Es decir, la FAPE ya avisa del extremo cuidado que el profesional debe tener a la hora de informar sobre estos asuntos. Todo lo que los medios de comunicación publican llega a la sociedad en su conjunto. Por ello, la imagen que la ciudadanía tiene de ciertos grupos sociales es creada por los periodistas.

De esta forma, el profesional debe “abstenerse de aludir, de modo despectivo o con prejuicios a la raza, color, religión, origen social o sexo de una persona o cualquier enfermedad o discapacidad física o mental que padezca”, teniendo en cuenta que tiene que “prescindir de publicar tales datos, salvo que guarden relación directa con la información publicada. Por ejemplo, este titular del diario Hispanidad, “Un grupo de okupas de etnia gitana y sus hijos menores de edad, agreden con piedras al grito de «maricones» al reportero y al cámara de ‘Buenos días’, de Telemadrid”, es un ejemplo de mala praxis en el que se relata un delito mencionando la étnica de los autores sin interés informativo.

El manual de estilo de RTVE, que establece las consejos y normas para los periodistas del grupo mediático, también ofrece algunas reglas a la hora de informar sobre grupos discriminados y minorías. En el apartado sobre cuestiones sensibles y delincuencia, a la hora de identificar a los autores y la publicación de datos sensibles, “la condición social, profesión, etnia o color de piel, la procedencia y la orientación sexual del presunto delincuente nunca deben aparecer en primer término porque podría entenderse como causa del delito, lo que provocaría juicios de valor injustos y peligrosos. Tales datos pueden ser aportados, sin forzar su relevancia, como parte de la identidad del presunto delincuente”.

La imagen negativa sobre la comunidad gitana persiste

La Fundación Secretariado Gitano trabaja para luchar contra la imagen negativa sobre el colectivo gitano. Denuncian que este es uno de los principales problemas que “persiste en la sociedad mayoritaria, con creencias y prejuicios que derivan en actitudes claramente discriminatorias”. A pesar de los avances en la promoción social de las personas de etnia gitana, es necesario que los medios de comunicación entiendan su papel para eliminar esta estigmatización. Por ello, publican la Guía práctica para periodistas: Igualdad de trato, medios de comunicación y comunidad gitana, un manual para que los medios de comunicación contribuyan a esta lucha.

La principal recomendación que señalan es evitar la mención de la etnia, a no ser que sea de interés periodístico o necesaria para contextualizar la noticia. En los casos analizados por la Fundación Secretario Gitano la mención de la etnia solo sirvió para estigmatizar o demonizar a toda la comunidad. Además, en este sentido, destacan la importancia de la ubicación en la mención, no es lo mismo el efecto que puede tener la palabra si se encuentra en el titular, la entradilla o en el cuerpo de la noticia.

Otros de los consejos que se mencionan es no recurrir al morbo y sensacionalismo para informar. En la guía se ejemplifica esto con un reportaje de TVE donde muestran a un gitano que supuestamente es polígamo, convirtiendo lo anecdótico en la información que es emitida en `prime time´. A su vez, en este reportaje también se incumple el consejo de evitar lo tópicos relacionados con la comunidad al presentarlos como drogadictos, delincuentes o conflictivos y relacionar la cultura gitana como la cultura de la marginación. En este sentido es necesario potenciar las visiones positivas y culturales que pueden servir para educar y resaltar a las futuras generaciones.

Otra de las cuestiones a tener en cuenta es el léxico utilizado al hacer referencia a la comunidad gitana. Se debe evitar el uso de estereotipos y términos incorrectos como “clan” o “patriarca». Además, recurrir al humor nunca puede servir para justificar los ataques o insultos a la etnia. En este sentido, el periodista no puede esconderse tras el anonimato para trasladar una opinión personal que atenta contra los derechos básicos. Los medios de comunicación tienen el deber de denunciar las prácticas racistas y las desigualdades sociales, siendo un espacio dónde la comunidad gitana pueda expresarse libremente.

Atendiendo a los códigos deontológicos de la profesión, es necesario contextualizar las informaciones y recurrir a las fuentes adecuadas para conocer la propia realidad de los gitanos. Además de las informaciones, como periodistas, es necesario cuidar y respetar el uso de las imágenes para reflejar a este colectivo como miembros que dialogan, interactúan y colaboran, reflejando a la comunidad gitana como un grupo étnico diverso, complejo y que, a día de hoy, sigue sufriendo marginación y perjuicios sociales.

1 comentario en «La FAPE considera que Mediterráneo Digital vulneró el Código Deontológico en el tratamiento de informaciones que implican a personas de etnia gitana»

  1. Álvaro Gutiérrez Chapado, Inés Gutiérrez González, Alejandro Revilla Benito

    El caso planteado sobre la vulneración del Código Deontológico por parte de
    Mediterráneo Digital en el tratamiento de informaciones relacionadas con personas de
    etnia gitana suscita diversas reflexiones desde la ética y la deontología periodística. El
    reportaje titulado «Hordas de gitanos colapsan las Urgencias del Hospital de Salamanca
    como zombies ‘The Walking Dead'» revela una clara falta de sensibilidad y respeto hacia
    la comunidad gitana, infringiendo principios éticos fundamentales.

    En primer lugar, la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología de la Federación de
    Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) actuó en concordancia con el Código
    Deontológico al determinar que Mediterráneo Digital incumplió varios puntos éticos. Es
    relevante destacar la importancia de estas comisiones en la autorregulación del
    periodismo y la protección de los derechos de las minorías.

    El uso de términos como «hordas» y la comparación con la serie «The Walking Dead»
    evidencian un sesgo y estigmatización hacia la comunidad gitana, contraviniendo el
    principio de evitar expresiones o testimonios vejatorios. La presidenta de la Federación de
    Asociaciones de Mujeres Gitanas (Fakali), Beatriz Micaela Carrillo de los Reyes,
    acertadamente señala que esta forma de tratamiento de la información contribuye a
    perpetuar estereotipos negativos y discriminatorios.

    Desde la perspectiva de la ética periodística, es esencial resaltar la necesidad de
    contextualizar las informaciones y prescindir de mencionar la raza o nacionalidad de las
    personas si no guarda relación directa con la noticia. La Guía práctica para periodistas de
    la Fundación Secretariado Gitano subraya este punto al señalar que la mención de la
    etnia solo debería hacerse si es de interés periodístico o necesario para contextualizar la
    noticia.

    En definitiva, este caso subraya la necesidad de que los periodistas actúen con
    responsabilidad, sensibilidad y respeto hacia las minorías. La libertad de expresión no
    debe justificar la difusión de contenidos que inciten al odio, la discriminación o la
    desinformación. El periodismo ético es esencial para construir una sociedad informada,
    inclusiva y respetuosa con la diversidad.

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