El entretenimiento ligado a la exposición de menores en la televisión

La sobreexposición de menores en redes sociales es conocida como shareting, pero ¿quién protege a los menores en la televisión?

FCO. JAVIER ÁLVAREZ, CAMINO ARANZANA Y MARIO AZCONA 

En las redes sociales los padres comparten a diario imágenes de sus hijos menores de edad. Este fenómeno cada vez más habitual se denomina shareting. La Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad contra los Niños (NSPCC) advirtió que cada vez que una foto o video es publicada, se crea una huella digital del niño que puede seguirlo en su vida adulta. A pesar de ello, un estudio realizado por Ofcom en Reino Unido reveló que solo al 15% de los padres entrevistados les preocupaba que en un futuro a sus hijos no les pareciera bien que se hubieran publicado las fotografías en redes sociales.

En España el tratamiento que se le da a la imagen de los menores en internet está muy protegido. A través de la Ley de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD) se intenta preservar su privacidad atendiendo a la vulnerabilidad del menor. Además, la Ley Orgánica 1/1996 de Protección jurídica del Menor establece en el artículo 4 el derecho del menor a mantener su intimidad personal y familiar, además de poseer su derecho al honor y a la propia imagen. A pesar de estas normativas, los padres siguen viendo la publicación de sus hijos en redes sociales como una fuente de ingresos para conseguir publicidad o colaboraciones por encima de la intimidad de su primogénito.

En el contexto de la televisión, los programas donde el entretenimiento va ligado a la exposición de menores es un formato cada vez más presente, pero en estos casos ¿cómo se protege la intimidad de los menores?

Laura Ayuso, psicóloga infantil del centro ARIS, considera que “deberíamos proteger a los niños de la exposición mediática” abriendo el debate de la participación de menores en los programas de televisión.

El gremio de psicólogos y pedagogos, tras estas declaraciones, denunció que a los niños se les somete a situaciones de demasiada presión y frustración frente a las que no saben actuar. Ayuso afirma que “la competitividad en este tipo de programas no es apta para los niños”, lo apropiado sería recompensar el esfuerzo por encima del resultado para evitar que “el menor sienta que solo es válido si gana”. Poner a los menores en situaciones limites puede tener una repercusión negativa en su futuro, ya que, debido a su edad, no son conscientes del alcance ni la exposición, en muchas ocasiones impuesta por sus padres, que están sufriendo al participar en estos programas donde se les juzga y cuestiona de manera constante.

Expertos en comunicación, como Alex Grijelmo, expresaron para la Fundación Gabo una opinión muy clara sobre esta sobreexposición considerando que “la imagen e intimidad de los menores debe ser total, incluso por encima de la que autoricen sus padres”.  El periodista Javier Darío Restrepo apoya esta idea defendiendo que “la intimidad es un derecho de toda persona, algo que en muchas ocasiones se olvida cuando las personas se vuelven mercancía.

En el caso de la televisión no existe una protección jurídica concreta como en el caso de las redes sociales, más allá de la Ley de Protección del Menor. Los medios de comunicación cuentan con unos manuales de estilo donde se establecen unas normas y reglas de actuación ante la presencia de menores, pero esto no siempre se cumple. En el caso de TVE se vulneró su manual de estilo con la emisión del programa Masterchef Junior.

En las imágenes se puede observar cómo se presiona a los menores de edad para que degollen y maten a unos animales y conseguir, de esta forma, pasar a la siguiente prueba. En el Manual de Estilo de RTVE se declara, concretamente en el artículo 5.2.5, que “la participación de los menores de edad no se verá influida o condicionada en ningún momento por los responsables de los contenidos”. A mayores, el artículo 9 del propio manual sentencia que “los niños pueden ver con angustia la violencia ejercida sobre los animales por lo que debemos evitársela por todos los medios”. Este acontecimiento mostró públicamente la necesidad de adecuar los contenidos teniendo en cuenta la participación de menores de edad en estos formatos.

La mayoría de los formatos de entretenimiento donde participan menores se conforman de una estructura basada en la competencia y comparativa entre concursantes. Haciendo de nuevo alusión al Manual de Estilo de RTVE en el artículo 5.2.5 se declara la necesidad de “rehuir de situaciones que puedan causar a los menores de edad, entre otros, estados de agotamiento, estrés, miedo, angustia o crisis”. La propia emisión de estos programas y la falta de adecuación y actualización de la forma y el contenido refleja la poca intención de rehuir estas situaciones al ser un reclamo de audiencia.

La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) publicó unas pautas realizadas por La Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo para que los medios de comunicación tuvieran una buena praxis a la hora de informar sobre menores.

En primer lugar, se debe respetar el principio de universalidad de los derechos de los niños sin tener en cuenta las circunstancias que les hayan convertido en noticia. Además, se recuerda la necesidad de otorgar prioridad a la protección e interés privado del menor en la toma de decisiones de carácter informativo. Para realizar una buena labor periodística es necesario contextualizar y ser precisos a la hora de informar sobre todo en relación a la infancia. El código deontológico de la profesión recuerda la obligación de no vulnerar los derechos del menor a cambio de obtener beneficios materiales, empresariales o de terceros, como las cuotas de audiencia. Entre las pautas también se encuentra la necesidad de proteger la imagen y la identidad de los menores tanto para preservar su identidad y privacidad como para protegerlos de los riesgos que conlleva la exposición mediática.

Además de estos cinco principales consejos, se expone la necesidad de comprobar la fiabilidad de las fuentes y realizar un uso correcto de la información proporcionada por los menores para evitar malentendidos. También recuerda el efecto educativo que conlleva la labor periodística y de los medios en los menores de edad, asumiendo a su vez, la corresponsabilidad con los derechos humanos.

2 comentarios en «El entretenimiento ligado a la exposición de menores en la televisión»

  1. La exposición de menores en programas de entretenimiento televisivo es un tema de preocupación significativa debido a sus posibles efectos adversos en el desarrollo físico, emocional y psicológico de los niños. Uno de los principales problemas es la explotación potencial de los niños. En muchos casos, la participación de menores en programas de televisión puede exponerlos a una presión excesiva, ya sea por parte de los productores, los padres o la audiencia. Esto puede resultar en una falta de consentimiento real por parte del niño, lo que genera preocupaciones sobre su bienestar emocional y mental. Además, la exposición pública a una edad temprana puede distorsionar la percepción de la realidad de los niños, generando expectativas poco realistas sobre la fama, la celebridad y la vida pública. Otro aspecto crítico es el impacto en la salud mental de los niños expuestos a la atención mediática. El estrés, la ansiedad y la presión pueden afectar negativamente su bienestar emocional y psicológico, lo que a largo plazo podría derivar en problemas de autoestima, identidad y relaciones interpersonales. Es fundamental que existan regulaciones sólidas para proteger a los menores que participan en programas televisivos, garantizando su bienestar físico, mental y emocional.
    Alejandro Alonso, Rodrigo Carravilla, Nicolás Delibes

  2. Los niños no tienen la conciencia suficiente para actuar por ellos mismos hasta que tienen una edad bastante avanzada. Es por eso que se debe tener especial sensibilidad con la aparición de los menores en redes sociales y, en general en medios de comunicación. Si bien es cierto que los derechos de imagen de los niños están recogidos en la legislación española, en realidad son los que se dedican a la televisión los que están plenamente protegidos con convenios de trabajo (límite de horas trabajando, permiso paterno, horas de emisión de los programas…), cosa que no sucede en las redes sociales. En estas plataformas todo lo mencionado anteriormente no está regulado, y por ello los conocidos en Instagram como ‘instapapis’ utilizan la imagen de sus hijos para ganar dinero, exponiéndoles incluso en ocasiones desnudos, estando malos, yendo a su colegio, bañándoles…

    Por todo lo comentado anteriormente, pensamos que la legislación debería ser mucho más dura a la hora de regular la exposición de los niños en estas plataformas tan nuevas y desconocidas para todos. Pero es cierto que es un mundo muy nuevo al que todos, la ley incluida, nos vamos adaptando poco a poco

    Fdo: Marina Cabrero Duque, Marta Gamazo Rodríguez, Daniel Majerna, Daniel Mangas Diez

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