El tratamiento del suicidio por parte de los medios 

Una joven se lanza al vacío después de publicar una foto en sus redes sociales.

FDO. Laura Cenalmor, Sergio Centeno y Nayara Domínguez

El pasado jueves 23, las calles de Madrid destacaban por el ruido y la alegría de las personas para ver el encendido de las luces de navidad. Minutos después de que este se llevase a cabo, una ambulancia y numerosos coches patrulla acudían a Gran Vía después de que una joven se hubiese precipitado desde un sexto piso. Antes de que la mujer llevase a cabo este acto, había subido una historia de Instagram, en la que se puede divisar una frase “Finally I’m free” (soy libre finalmente). En esta historia también adjuntó un enlace a Youtube de un vídeo sobre cómo las personas ocultan la depresión. 

Este suceso se hizo viral en las redes sociales y las inundó con preguntas de los usuarios sobre el tratamiento del suicidio. Algunos mencionaron que este hecho debería tener más relevancia incluyendo clases de salud mental en las escuelas. En cambio, otros fueron más allá y apuntaron que los medios deberían informar y darle más relevancia a los suicidios.

El suicido se ha convertido en la principal causa de muerte no natural en España, sobre todo entre los jóvenes de entre 12 y 29 años, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Se ha llegado a confirmar que cada día, en nuestro país, 10 personas se quitan la vida y la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha confirmado que un suicidio puede afectar al menos a 6 personas. Conociendo las altas cifras de este hecho, ¿por qué los medios no tratan el suicidio existiendo una cifra tan elevada?

Los medios de comunicación informan de este tema pero de una forma tímida y que no resulta suficiente, limitándose por la delicadeza que supone este hecho. La OMS recomienda a los medios que el silencio informativo no es una solución o una opción para informar de este problema social. Sin embargo, cuando tratan con especial interés este suceso, suele ser en casos de personas famosas o con influencia social. Esto puede ser un error porque en vez de informar objetivamente y con tacto, pueden ser sensacionalistas y sin un enfoque preventivo. Como ocurrió en el año 1995 con el suicido de Antonio Flores, en el que los casos crecieron en España un 17%. 

Esto indica que los medios pueden influir en muchas personas y se denomina como el Efecto Werther. Este término apareció en 1974 después de que un sociólogo norteamericano, D.P. Philips, describiese el efecto de la sugestión en la conducta suicida basada en una obra en la que el protagonista se suicida por amor. El Efecto Werther dice que «La conducta suicida puede generar un efecto imitativo. Tras la aparición de suicidios en prensa y televisión (incluidas películas y series), se producen suicidios por imitación o contagio emocional». Por ello, algunos medios evitan este tema o informan de una manera inadecuada. 

El manual de El País manifiesta que “El periodista deberá ser especialmente prudente con las informaciones relativas a suicidios. En primer lugar, porque no siempre la apariencia coincide con la realidad, y también porque la psicología ha comprobado que estas noticias incitan a quitarse la vida a personas que ya eran propensas al suicidio y que sienten en ese momento un estímulo de imitación. Los suicidios deberán publicarse solamente cuando se trate de personas de relevancia o supongan un hecho social de interés general.” A pesar de esta norma, este medio no menciona en ningún momento cuándo o cómo debe publicarse esta información. 

El Mundo también se ha expresado en su manual indicando que “Un suicidio no debe ser noticia en sí mismo. Acaba siéndolo cuando el autor es un personaje relevante o cuando se convierte en un hecho significativo por la forma de llevarse a cabo, la edad o el problema social que se esconda detrás.” En el Código Europeo de Deontología de la Profesión Periodística (Consejo de Europa, 1993) tampoco lo explican de forma explícita. 

Acerca del tratamiento de personas famosas, la mayoría de los medios tienen claro cómo van a publicar esa información. Pero volvemos al objetivo. ¿Cómo se debe informar del suicidio si una persona no tiene relevancia pública? ¿Cómo se evita el Efecto Werther? ¿Cómo evitar el morbo y el sensacionalismo?

A día de hoy las respuestas no son muy claras, pero existe otro término acuñado el Efecto Papageno. Este expresa que “la cobertura responsable de los suicidios, siguiendo unas pautas establecidas, puede tener un efecto preventivo sobre la conducta suicida”. Para ello la OMS ha realizado una serie de recomendaciones para los medios. En ellas resume lo siguiente: evitar la profusión de noticias sobre un mismo caso y su colocación en lugares visibles; no atribuir el suicidio a una sola causa; no dar el nombre de la víctima o iniciales, salvo que tenga relevancia pública; evitar el lenguaje sensacionalista y el morbo de los detalles; proporcionar información sobre dónde conseguir ayuda. 

Por lo tanto, los medios deberían informar sobre el suicidio siempre y cuando sigan todas y cada una de las recomendaciones de la OMS, para evitar el mal tratamiento de la información y que esta sea preventiva y no perjudicial para las personas. En especial para los jóvenes de nuestro país. 

3 comentarios en «El tratamiento del suicidio por parte de los medios »

  1. Los medios no hablan del suicidio porque no se les permite hacerlo. Se sabe que la mayor manera de influir en la sociedad es así, y los dueños de estos prefieren lavarse las manos antes de que un caso concreto se las ensucie.

    En cambio, se pueden hacer series, películas, documentales, lo que quieran acerca de ello, que a sus productores o directores nunca se les va a señalar.

    Creo que se deberia concienciar a la población de la importancia de la salud mental, y en ese caso, los medios si son pioneros en hacerlo, no como los medios citados anteriormente, que esos sí que prefieren el morbo. Basta ya de cargar con pesos que no nos corresponden. Nuestro trabajo es informar. El de un director es ganar audiencia. Hay que saber diferenciar. Pero, como siempre, los perjudicados son los mismos.

    Se puede informar y concienciar. Eso ya depende del código deontológico y el libro de estilo de cada uno, pero no creo que ninguno sea tan sensacionalista como el productor que quiere lucrarse de una historia con ese fin.

  2. El suicidio es un tema tabú en la sociedad, sobre todo en la española, y que no se habla nada de él en los medios de comunicación. En nuestra opinión, los medios tienen que ser capaces de informar objetivamente de este hecho, respetando a las víctimas y ayudar a que no se produzcan más muertes derivadas de la salud mental.
    Los «mass media» tienen un gran poder, deberían de ayudar a que la sociedad mejore y puede ser un gran motor de este cambio, pero por desgracia prefieren ocultar este tema y llevarlo a un segundo plano.
    También tienen que ser responsables de informar con transparencia y veracidad a los ciudadanos de la importancia de la salud mental y animar a que busquen ayuda profesional y salgan adelante, creemos que ocultando el tema del suicidio no hacen ningún favor a la sociedad.

    Marcos Faura, Adriana Díez y Alba Gutiérrez.

  3. El tratamiento del suicidio por parte de los medios de comunicación es una cuestión de suma importancia, dado su impacto en la salud mental y emocional de la sociedad. Es crucial abordar este tema de manera responsable y sensible, evitando contribuir a efectos negativos, como la imitación de conductas suicidas, al tiempo que proporcionamos información útil y apoyo a quienes puedan necesitarlo.

    Es esencial que los medios sigan las pautas establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para una cobertura responsable del suicidio, conocido como el «Efecto Papageno». Esto implica evitar dar detalles sensacionalistas, evitar la profusión de noticias sobre un mismo caso, y proporcionar información sobre dónde buscar ayuda, entre otros aspectos. Siguiendo estas directrices, los medios pueden desempeñar un papel preventivo, brindando información y apoyo de manera cuidadosa y constructiva.

    Además, se debe promover una mayor conciencia sobre la importancia de tratar este tema con empatía y responsabilidad. Esto significa que los medios deben abordar dañosamente el suicidio, evitando simplificaciones o estigmatizaciones, y brindando recursos y orientación a quienes puedan estar pasando por momentos difíciles.

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