Álvaro Prieto, desaparecido la madrugada del 12 de octubre, apareció sin vida entre dos vagones de un tren en la estación de Santa Justa tras perder el tren de vuelta a Córdoba
Fuente: El País
El programa Mañaneros de TVE conectó la mañana del 16 de octubre con su reportero desplazado al lugar clave en la investigación para informar sobre la desaparición del joven. Con voz temblorosa y angustiado, el propio reportero narraba como eran ellos mismos los que se habían dado cuenta de que el cuerpo se encontraba entre los dos coches del tren en la estación de Santa Justa. El cámara durante esos momentos hace zoom al cuerpo sin vida del joven, al que se puede identificar claramente por la ropa que se sabía que llevaba puesta el día de su desaparición.
A las 11:50 horas, el programa conectaba en directo con el equipo desplazado para informar sobre lo que estaba sucediendo en esos mismos instantes en la estación de Sevilla. Las palabras del reportero mientras se emitían las imágenes fueron las siguientes: «Lo vais a ver ahora mismo entre los dos vagones. Lo estáis viendo ahora mismo… Este tren lo hemos parado nosotros porque estábamos aquí. Lo ha visto mi compañero cámara, Manuel, y hemos empezado a gritar.Se ha parado el tren y ahora mismo está dando marcha atrás. Está viniendo hacia aquí la unidad canina para averiguar si esto que estamos viendo y que observamos nítidamente, puede tratarse de las prendas que llevaba Álvaro la pasada madrugada, cuando desaparece. Estamos esperando a la primera patrulla de la Policía Nacional…». Rápidamente se cortaba la imagen del tren para enfocar la cara del presentador, que se encontraba con el rostro serio y preocupado.
El vídeo de las imágenes del cuerpo de Álvaro Prieto sin vida retransmitidas por TVE no tardó en hacerse viral en las redes sociales. RTVE se convirtió rápidamente en trending topic en la red social X (Twitter). Muchos usuarios mostraron su enfado y disconformidad con la televisión pública por haber sido capaces de mostrar esas imágenes sin tener en cuenta la intimidad, privacidad y dolor de la familia, que llevaban cuatro días desesperados buscando a su hijo desaparecido.
El presentador del programa, Jaime Cantizano, tras el revuelo que se estaba produciendo por las redes sociales por la emisión de esas imágenes, paraba el programa para disculparse, «en este momento de nuestro programa, antes de continuar, en nombre de este grupo queremos pedirles disculpas», y asegurar que “estas imágenes no deberían haberse emitido nunca”.
A las 13.48 horas, RTVE emitía un comunicado lamentando la emisión de esas imágenes en directo en el programa Mañaneros. También anunciaban que las imágenes serían retiradas de inmediato en su emisión digital y puestas a disposición de la Policía, además de proceder “a abrir una investigación interna”, para esclarecer el motivo que llevo a ofrecer esas imágenes.
El Manual de Estilo de RTVE dice lo siguiente sobre la intimidad de las víctimas y las imágenes especialmente duras y dramáticas, “El uso de este tipo de imágenes se debe limitar a los casos en que tengan un alto valor informativo y su emisión sea necesaria para entender el alcance de lo sucedido. Reproducir imágenes o sonidos de gran impacto y/o violencia únicamente por su valor visual o auditivo no está justificado en RTVE. El recurso de avisar con antelación sobre el carácter violento de imágenes o sonidos no exime de la responsabilidad que conlleva la emisión de materiales prescindibles porque incluso puede atraer más la atención de la audiencia”. En este caso no aparece ningún rótulo en pantalla mientras se están enseñando las imágenes que avise al espectador sobre su gravedad fruto de la inmediatez, tan solo la narración del reportero y un letrero con las palabras “Última hora” y “Exclusiva”.
Adicionalmente, el Manual también deja claro que, “los primeros planos de personas heridas y cadáveres son siempre innecesarios”. En este caso, son los familiares de la víctima los que pueden denunciar por la difusión de estas imágenes. Hasta el momento no ha trascendido si la familia de Álvaro Prieto ha denunciado a RTVE por la emisión de esas imágenes, a pesar de que en un primer momento todas las informaciones apuntaban a que lo estaban considerando. La investigación que ya se está llevando a cabo por parte de los organismos internos de RTVE dará respuestas a lo que realmente ha sucedido y cuáles han sido los motivos que han llevado a emitir las imágenes del cuerpo sin vida de Álvaro Prieto.
Andrea Aparicio, Silvia García y María García Luquero
Es duro para una familia enterarse del fallecimiento de su hijo a través de la televisión. Es lógico que la cadena en cuestión se disculpe por lo sucedido, pero a favor de ellos he de decir que, en situaciones así, los nervios por hacer un buen trabajo, la capacidad de reacción y el bloqueo mental entre actuar a favor de tu cadena o de tus valores, te hacen tomar impulsivamente una decisión en décimas de segundo. Ya sabemos lo voraces que son las redes en este caso y en cualquier otro, pero tarde o temprano, alguien tendría que pagar el pato. Las disculpas son lo primordial, pero informar acerca de un hecho público tan viralizado como este, tal vez, justifiquen en cierta medida la actuación del periodista y el cámara que actuaron en ese momento allí. Aunque también es lícito si la familia decidiese presentar cargos ante la cadena de televisión, aunque no tengo muy claro si tendrían todas las de ganar en este caso.
El caso Álvaro Prieto es sumamente delicado y plantea varias cuestiones éticas y profesionales en la cobertura periodística. En primer lugar, RTVE ha tenido una falta de sensibilidad importante al emitir dichas imágenes sin avisar del contenido de las mismas y por otra parte, atenta gravemente contra su Manual de Estilo ya que en el mismo se explica que «los primeros planos de cadáveres son innecesarios y deberían evitarse».
A pesar de que la cadena de televisión rectificó, este vídeo se viralizó en redes por lo que otros medios de comunicación españoles se hicieron eco de la noticia y publicaron las imágenes obteniendo unas reacciones, en su mayoría, negativas por parte de la audiencia.
En resumen, este incidente destaca la necesidad de una reflexión profunda sobre las prácticas informativas y la importancia de equilibrar el deber informativo con el respeto a la dignidad y la privacidad de la familia.
Alba Gutiérrez, Adriana Díez y Marcos Faura
Las imágenes de Álvaro Prieto conmovieron a toda España. Y es que ninguno se esperaba un desenlace de esas magnitudes y menos enterarse de la forma en la que la sociedad se enteró. Pero esto es lo que pensamos nosotros, ¿y la familia? ¿Cómo sería para la familia enterarse de la muerte de su hijo de una forma tan brutal? Es cierto que RTVE pidió disculpas por publicar las imágenes del cuerpo sin vida mostrándolo entre dos vagones. Y es que en toda profesión hay que tener una cierta responsabilidad de cara a los terceros a los que les afecta. Esas imágenes sólo tenían un carácter morboso, no eran necesarias para acompañar a la noticia, y menos cuando los familiares aún desconocían el fallecimiento de su hijo. Hay que establecer unos límites y no todo sirve cuando afecta de tal forma y cuando se puede realizar la misma noticia sin necesidad de una publicación de imágenes de este estilo.