Respeto para los periodistas

¿Qué opináis de la nota de prensa que ha difundido la Asociación de la Prensa de Valladolid exigiendo respeto para los informadores? Os la transcribo aquí:

La Asociación de la Prensa de Valladolid exige respeto nuevamente para el trabajo de los profesionales de la información en la capital vallisoletana y, por extensión a todos los compañeros de profesión en las distintas provincias de la comunidad autónoma.

Defendemos la libertad de expresión a la hora de manifestarse que recoge nuestra Constitución, a la vez que pedimos que se deje trabajar a los periodistas sin tener que aguantar descalificaciones o insultos como los que recibió en la noche de este jueves una periodista de la Cadena Ser y socia de la APV cuando estaba cubriendo la concentración frente a la sede del PSOE de Valladolid.

Escuchar cánticos como “prensa española, manipuladora” coreados por el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, acompañado por el consejero de Empleo, Comercio e Industria de la Junta de Castilla y León, Mariano Veganzones, o el concejal de Comercio, Mercados y Consumo del Ayuntamiento de Valladolid, Víctor Martín, no hace más que reafirmar nuestro compromiso con la defensa de la libertad de prensa a la que consideramos un pilar fundamental de la democracia y elemento imprescindible de la convivencia, el diálogo y el debate cívico.

Situaciones similares que se han vivido en otras redacciones de medios de comunicación en nuestra provincia y, que en las últimas semanas se han visto reflejadas en la red social X contra compañeros de El País y la Agencia Efe, mientras ejercían su labor periodística en Valladolid.

Desde la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) y asociaciones de la prensa de otras ciudades y provincias se han condenado más agresiones que han sufrido compañeros y compañeras que han cubierto informativamente las protestas contra la amnistía mientras estaban cumpliendo el derecho a la información que tiene la ciudadanía.

Esperamos y deseamos que no vuelvan a repetirse estas situaciones que no hacen más que menoscabar el honor de un oficio, el periodismo, que tiene que poder ejercerse libremente y sin presiones, a la par que solicitamos a las formaciones políticas que convocan estas concentraciones o manifestaciones, que tienen la responsabilidad de evitar, en la medida de lo posible, que sus seguidores impidan el ejercicio por los periodistas de la libertad de información, elemento clave en el funcionamiento de una sociedad democrática como es la nuestra.

https://asociacionprensavalladolid.es/la-asociacion-de-la-prensa-de-valladolid-exige-respeto-para-el-trabajo-de-los-profesionales-de-la-ciudad

9 comentarios en «Respeto para los periodistas»

  1. «Como su sujeto e instrumento de la libertad de expresión, los periodistas reconocen y garantizan que su ejercicio profesional es el cauce de manifestación de una opinión pública libre dentro del pluralismo de un Estado democrático y social de Derecho». Estas palabras, que sin duda dejan claro el principal derecho y deber de los comunicadores profesionales, introducen el Código deontológico de la FAPE.

    Si se pregunta a los ciudadanos qué opinan de esta declaración, me atrevo a decir que nadie la rebatiría. Pero a la vista está que la realidad no es tan idílica. Los periodistas sufren jornada a jornada ataques que atentan contra su libertad y, así mismo, contra el derecho de la sociedad a estar informada.

    Según Naciones Unidas, 86 periodistas y trabajadores de los medios de comunicación fueron asesinados en todo el mundo en 2022. Además, está comprobado que las agresiones aumentan con la crispación que se suele producir en un país cuando este esta en época electoral. La ONU afirma que entre 2019 y 2022 se produjeron 759 agresiones contra periodistas durante 89 elecciones en 70 países.

    Estos datos estremecen a cualquiera que sepa reconocer la importancia de nuestra labor, esa labor que no debería estar atada de pies y manos. Los actos que estamos presenciando estos días en España a raíz de las manifestaciones en contra de la Ley de Amnistía son reprobables. Unas personas cuyo único objetivo es (o debería ser) informar a la población de los acontecimientos que están ocurriendo y propiciar así la libre interpretación de los hechos, no merecen ser atacadas de esa manera. Y, ni que decir tiene, ni mucho menos recibir insultos de personalidades políticas que se supone que representan a los ciudadanos. Increíble. Declaraciones como la que ha difundido la Asociación de Prensa de Valladolid son esenciales para que se nos escuche y se respete nuestra profesión.

    Dicho esto y habiendo denunciado rotundamente cualquier tipo de agresión a los profesionales de la comunicación; es importante afirmar que no sólo nos debemos defender contra este tipo de ataques. La realidad es que los medios de comunicación sí están manipulados, y se está perdiendo la veracidad y la independencia. ¿Cómo va a atreverse un periodista a morder la mano que le da de comer?

    La mayoría de los informadores viven atados de pies y manos. Y las cuerdas pertenecen a empresas patrocinadoras o grupos políticos, que indirectamente acaban teniendo la sartén por el mango a la hora de decidir qué se publica y qué no.

    Aunque entiendo que es una utopía pensar que un periodista puede lograr cambiar esto él solo, considero que igual que se denuncian (con toda la razón) las agresiones recibidas, se deberían denunciar también las presiones que sufren los periodistas por parte de los grupos poderosos. Porque el Periodismo es eso, poder denunciar cualquier acto negativo, provenga de quien provenga.

  2. Me atrevería a decir que el periodismo es actualmente una de las profesiones más criticadas y menospreciadas. Un oficio que en sus inicios era respetado e incluso admirado, se ha convertido en objeto de burlas y rechazo, llegando a recibir agresiones físicas y verbales. Ninguna persona debería sentirse acosada o intimidada por el simple hecho de realizar su trabajo.
    Si bien es cierto que el periodismo está en declive, ya sea por una menor calidad en las informaciones publicadas o por fenómenos como el sensacionalismo o el morbo, debemos tener en cuenta algunos factores que hacen muy complicado desenvolverse en este mundo de mejor manera.
    Uno de estos factores es el cambio en la sociedad que ha pasado a ser esclava de de la inmediatez, lo que presiona a los profesionales a generar contenidos en todo momento y a ser los primeros en publicar exclusivas. Esto muchas veces provoca errores en las publicaciones y falta de contraste de las fuentes. Pero los periodistas a menudo dependen de una empresa y como ha dicho mi compañera Laura, ¿Quién mordería la mano que le da de comer? Por este motivo quizás el cambio está en los periodistas independientes, que podrían ejercer su profesión con más responsabilidad.
    Otro factor es el intrusismo laboral. Con la llegada de las redes sociales y de Internet en general, «todo el mundo puede ser periodista» o eso piensan algunos. A menudo los grandes medios utilizan contenido de las redes sociales, como vídeos o fotos que podrían estar descontextualizados o manipulados. Creo es el deber de estas grandes empresas crear su propio contenido o en su defecto, asegurarse del origen de estas informaciones y contrastarlas a mayores.
    No debemos olvidar que nuestra «misión» es informar, no generar dinero a costa de la calidad de nuestro trabajo.
    A pesar de todo esto, la falta de respeto al periodismo no solo nos afecta a nosotros como trabajadores, sino que podría traer consecuencias para la sociedad en general, pues la libertad de prensa es un pilar fundamental en cualquier democracia. Por ello necesitamos más leyes que nos amparen y una ciudadanía más concienciada con nuestra labor.
    En mi opinión es responsabilidad de todos, tanto de periodistas para mejorar sus contenidos como del resto de personas para empatizar con nosotros y no echarnos la culpa, cuando a menudo es la presión de grandes empresas la que nos obliga a hacer determinadas cosas.

  3. Lamentablemente, en los últimos años ha habido un incremento en los casos de agresiones verbales y físicas hacia periodistas que están realizando su labor informativa. Según el Informe Anual de la Libertad de Prensa en España elaborado por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), se registraron un total de 352 agresiones a periodistas y profesionales de la comunicación en el ejercicio de su trabajo en el año anterior, lo que representa un aumento preocupante con respecto a años anteriores. Estas situaciones van desde insultos y agresiones verbales hasta casos de agresiones físicas, lo que pone en riesgo la integridad de los profesionales de la información.

    Además, un estudio elaborado por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) reveló que el 68% de los periodistas encuestados afirmaron haber sufrido algún tipo de presión en el ejercicio de su labor, ya sea proveniente de organizaciones políticas, empresariales o de cualquier otra índole. Este tipo de presiones, además de ir en contra de la libertad de prensa, generan un clima de inseguridad e incertidumbre para quienes desempeñan el importante rol de informar a la ciudadanía.

    Es necesario resaltar el papel fundamental que desempeña la prensa en una sociedad democrática como la española. El derecho a la información es esencial para la transparencia, la rendición de cuentas y el sano funcionamiento de las instituciones. Los periodistas, al informar sobre temas de interés público, contribuyen al debate cívico, a la formación de opiniones fundamentadas y al control del poder, lo que hace indispensable garantizar unas condiciones seguras y respetuosas para que puedan ejercer su trabajo sin temor a represalias.

    Ante esta creciente problemática, era algo de suponer que la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) haya llamado a que se tomen medidas concretas para proteger la integridad física y moral de los informadores, así como para salvaguardar su independencia y libertad en el ejercicio del periodismo. De no contrarrestar estas situaciones, España corre el riesgo de debilitar uno de los pilares fundamentales de su democracia: la libertad de prensa.

  4. Alba Calle Pérez

    Puede sonar como una mala broma lo de «prensa española, manipuladora» pero hay muchas personas que aún cree que lo que dicen los medios son cosas que los que tienen dinero o poder compran. Ya vimos en clase asuntos en los que una posición alta de un medio era casi regalada por ser amigo de tal y no se da valor al trabajo que esa persona hizo como profesional. Creo que el trabajo de periodista no es para cualquiera y por mucho que el grado parezca fácil desde fuera como la ironía de que magisterio es un grado medio pues habría que ver quiénes de esas personas que dicen que el periodismo lo puede hacer cualquiera son capaces de sacar adelante una buena noticia. Puede que los paparazzi pueden ser vistos como «acosadores» por el público pero ellos solo hacen su trabajo yendo a satisfacer la curiosidad de los espectadores que tienen sobre la vida de los famosos. Luego están el resto de periodistas que se dedican a temas tan básicos como la política o la economía pero parece que nadie valora que sin este trabajo casi todo sería secreto y no sabríamos nada del gobierno del país o de qué pasa dentro o fuera de casa. Es fácil juzgar pero es como si decimos que los médicos son asesinos solo porque no pueden salvar siempre las vidas de sus pacientes. Cada profesión es un mundo y todas merecen respeto. Los periodistas no son acosadores ni nada parecido, tan solo informadores de lo que ocurre en el mundo para que la sociedad en general sepa dónde tiene que actuar o cómo. Si el periodismo no existiese es casi evidente que se reclamaría su existencia porque en los inicios nadie creía en el poder de los medios pero hay que ver hasta qué punto de influencia han llegado en la actualidad.

  5. Por desgracia esta situación no solo ocurre en Castilla y León. Las agresiones a periodistas y el menosprecio de la profesión es algo que hemos podido ver hace poco en las manifestaciones organizadas en contra de la amnistía catalana. En esa ocasión fue la Asociación de Prensa de Madrid (APM) la que denuncio el acoso que habían recibido los periodistas, concretamente aquellos pertenecientes a RTVE y La Sexta.

    Desde la FAPE han pedido a los grupos políticos que exijan a sus seguidores el respeto por los medios de comunicación, pero ¿no es esto acaso una educación básica? Como bien ha dicho nuestra compañera Silvia, que en pleno 2023 se tenga que exigir un mínimo de civismo refleja la sociedad en la que se están desenvolviendo las nuevas generaciones creyendo que su comportamiento nunca tiene consecuencias y que solo existe una única opinión válida.

    Con respecto al ejercicio de la profesión del periodista, en nuestra opinión, es un claro ejemplo donde se refleja la polarización de la sociedad ya que, al no estar de acuerdo con los ideales de una cadena o medio, atacan y faltan al respeto a una persona con unos derechos humanos básico que está realizando su trabajo y que merece recibir un trato como ser individual ajeno a los intereses o ideales de un medio. La mala praxis de un medio o el intrusismo presente actualmente en el periodismo no justifica que la primera reacción de un ser humano al escuchar algo con lo que no está de acuerdo sea atacar, puesto que no se razona por un momento la condición personal del trabajador y esto es un problema que radica en la educación individual.

    Fundaciones y organismos como la Fundación Gabo redactan y publican consejos para que los periodistas puedan mantener su seguridad a la hora de cubrir manifestaciones o concentraciones violentas. A nuestro parecer esto no sería necesario si centráramos los esfuerzos en impartir una buena educación desde pequeños basada en el respeto, la autocrítica y el derecho a expresar las opiniones sin herir física ni verbalmente a nadie.

    La necesidad de reflejar a través de la educación una realidad donde no existe una única verdad sino opiniones plurales, es la base fundamental para que el Periodismo pueda ejercer su labor social y de denuncia sin tener que preocuparse por las faltas de respeto, puesto que esto ya se vería inculcado como un mínimo de la raza humana.
    FCO. JAVIER ÁLVAREZ, CAMINO ARANZANA Y MARIO AZCONA

  6. En el verano de 2022 Susana Ahijado tuvo que salir al rescate de una compañera de profesión a la que estaban increpando mientras realizaba su labor informativa sobre el crimen de Santovenia de Pisuerga.
    El 5 de julio de 2022 la Asociación de la Prensa de Valladolid publicaba que pedía respeto: “Exige que no se repitan las amenazas, insultos e incluso agresiones que se han podido comprobar a través de diferentes vídeos capturados en Santovenia de Pisuerga y difundidos a través de los medios de comunicación o las redes sociales. Solicita que los periodistas puedan realizar su trabajo con libertad de movimientos y sin ningún tipo de coacciones.”
    En aquella ocasión los que increparon e intentaron agredir a una reportera eran familiares del autor del asesinato. Esta vez los protagonistas han sido Juan García-Gallardo, vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Mariano Veganzones, consejero de Empleo, Comercio e Industria de la Junta de Castilla y León y Víctor Martín, concejal de Comercio, Mercados y Consumo del Ayuntamiento de Valladolid. Algo que es más grave, si cabe, puesto que son cargos públicos.
    La Constitución en su artículo 20 protege el derecho a “comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades.”
    Cuando se mencionan las agresiones a periodistas, se tiende a pensar en países donde reinan la censura, las torturas y secuestros a profesionales de la información. En 2022 se batió un nuevo récord con un aumento del 13,4% de periodistas encarcelados. 533 periodistas fueron a la cárcel en 2022 solo por el ejercicio de su profesión.
    Sin embargo, las situaciones de menoscabo de la profesión periodística que se dan a nivel local no son menos importantes. España ocupa actualmente el puesto 36 de los 180 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras, lo que supone un descenso de 4 puestos con respecto a 2022.
    Lo sucedido a nivel local no es más que un reflejo de la situación del oficio informativo a escala nacional. El 3 de mayo de 2022, día Mundial de la Libertad de Prensa, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), mencionaba que este valor se encontraba “amenazado” por, entre otros factores, la “polarización política”: “El hostigamiento de los políticos a los periodistas y fotorreporteros, concretado en vetos, señalamientos, descalificaciones y amenazas de control de los medios públicos y privados”.
    En este caso, la FAPE matizaba lo “preocupante” que era el intento de deslegitimación del oficio por parte de los políticos, ya que supone “un atentado al derecho constitucional a la libertad de expresión, del que emanan la libertad de prensa y el derecho de información de los ciudadanos”, puesto que el libre ejercicio del periodismo es un pilar fundamental de la democracia.
    La gravedad de la situación que se denuncia en este supuesto es que no se trata de un caso aislado. Reporteros sin Fronteras, de hecho, tiene activado un buzón de ataques para denunciar las violaciones de la libertad de información en España:
    “Si eres periodista español o vives en España y te agreden, sufres amenazas o intimidaciones a causa de tu trabajo, o durante el ejercicio del periodismo, y quieres hacernos llegar tu caso, rellena el formulario al fondo de la página: ésta es la vía adecuada para comunicárnoslo.”
    Tal y como señala Laura, en períodos electorales aumenta la violencia. Guilherme Canela, jefe de la sección de Libertad de Expresión y Seguridad de los Periodistas de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), ha afirmado que una de las mayores preocupaciones para 2024 será la protección que se brinde a los profesionales de la información, ya que ese año se presenta como “superelectoral”, con 81 países que celebrarán comicios:
    “Hagamos un verdadero esfuerzo para que el año que viene la cobertura de los procesos electorales pueda darse de manera pacífica y que los periodistas puedan hacerlo de manera profesional e independiente en este súper año electoral de 2024”, matizó Canela.
    La APV solamente se ha limitado a reiterar que, por favor, se respete la labor periodística, ya no solo por respeto a los profesionales, sino también a toda la ciudadanía. Si los gobernantes no son capaces de dar ejemplo, qué se va a esperar del resto de la población. Es necesario que, no solo la APV, sino el resto de asociaciones de la profesión sigan reivindicando la importancia de la profesión. No obstante, únicamente con reivindicaciones orales es complicado que la situación mejore.

  7. La nota de prensa emitida por la Asociación de la Prensa de Valladolid refleja la preocupación y la firme defensa de la libertad de prensa frente a situaciones de hostigamiento y descalificaciones hacia los profesionales de la información. La exigencia de respeto para los periodistas, respaldada por la condena de actitudes como los cánticos despectivos dirigidos a una periodista de la Cadena Ser, subraya la importancia del ejercicio libre del periodismo como pilar fundamental de la democracia y elemento esencial para la convivencia, el diálogo y el debate cívico.

    La mención de situaciones similares vividas en otras redacciones y la condena por parte de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) y otras asociaciones refleja la gravedad de un problema que afecta a nivel nacional. La nota concluye con un llamado a las formaciones políticas para que, al convocar concentraciones o manifestaciones, asuman la responsabilidad de evitar que sus seguidores obstaculicen el ejercicio de la libertad de información por parte de los periodistas, destacando así la necesidad de preservar la integridad de un oficio vital para el correcto funcionamiento de la sociedad democrática.

  8. El mundo se va a la m***** y eso lo muestra que toda persona necesita alguien con quien sentirse superior, dominante, poderoso. Y si hay una profesión ultrajada, menospreciada, desposeída de sus derechos, es el periodismo.

    Desde controlar lo que debemos y no debemos publicar por parte de las instituciones políticas, el mantenimiento y respeto de ideologías por parte de los medios y el veto a compartir según qué información acerca de según qué partido, y para colmo ser el blanco de la diana de una población frustrada por incompetencias que nada atañen a nuestra labor, hasta tal punto de sufrir agresiones, e incluso asesinatos contra personas que si labor es la de informar, es lo que nos queda de herencia tras décadas y décadas de manipulación, extorsión y desprestigio.

    Estamos jodidos hagamos lo que hagamos, somos el centro de hostigamiento, criticas amenazas, agresiones y descalificaciones por parte de cualquiera que se crea tener más voz que nosotros.
    Es una injusticia tener que ejercer la profesión en algunos casos con miedo, con pavor, con inseguridad, o tener que medir o paliar lo que decimos y como lo decimos para que nadie se sienta ofendido.

    Nos han enseñado que esta profesión es atractiva, que se disfruta desde el primer minuto, y que se debe realizar desde la integridad, pero la realidad es que nos vemos obligados a proporcionar nuestras informaciones principalmente para el beneplácito y el respeto de otros, pero ¿a nosotros quién nos respeta?

  9. La situación descrita en la nota de prensa de la Asociación de la Prensa de Valladolid refleja la preocupante falta de respeto a quienes desempeñan un papel esencial en la democracia al proporcionar información objetiva en el contexto actual

    El incidente de descalificaciones dirigidas a una periodista durante la cobertura de una concentración es inaceptable y subraya la importancia de salvaguardar la libertad de prensa. Es fundamental que las autoridades políticas y líderes de opinión se involucren activamente para prevenir estos episodios, asegurando que los periodistas puedan ejercer su labor sin temor a descalificaciones o intimidaciones.

    La defensa de la libertad de información es uno de los pilares para el correcto funcionamiento de la sociedad , y es responsabilidad de todos preservar un entorno propicio para el periodismo independiente y la diversidad de voces en el debate público.

    Álvaro Gutiérrez Chapado, Inés Gutiérrez González, Alejandro Revilla Benito.

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