Caso Álvaro Prieto

El programa Mañaneros de TVE mostró el cadáver del joven futbolista Álvaro Prieto en el transcurso de un directo en el que daba cuenta de su búsqueda (llevaba días desaparecido). TVE cortó poco después la señal de directo, pero los espectadores ya habían visto el cuerpo del joven y las imágenes circulaban por redes sociales. El Ente público ha iniciado una investigación para saber qué ocurrió y depurar responsabilidades. Abrimos este hilo de debate en el Foro para conocer vuestras opiniones: ¿Qué se hizo mal? ¿Quién es responsable? ¿Se podía haber evitado? ¿Cómo?

8 comentarios en «Caso Álvaro Prieto»

  1. El error fue difundir en directo unas imágenes en las que se vislumbraban unas piernas entre dos vagones. Realmente no sabemos de quien recibían ordenes tanto el cámara como el periodista, pero bien es cierto, que ante una situación como esta, la ética y deontología siempre debe estar por delante de cualquier cosa.
    Tras la polémica, RTVE emitió un comunicado en el que reconoce el error y expresa sus disculpas. Sin embargo, el acto ya había sido cometido.
    En estos casos la ley es clara en cuanto a la protección de la imagen y honor de las personas, y su deber de evitar la difusión de situaciones dramáticas que causen dolor a víctimas y familiares.
    Más concretamente el Código Deontológico de RTVE especifica que «Cuando deba difundir información sobre situaciones dramáticas, deberá armonizar los intereses informativos con la obligación de evitar el dolor innecesario tanto a víctimas como a familiares.»

  2. Al hilo de este suceso, un periodista ya jubilado con una amplia trayectoria me contaba un error similar que él cometió cuando iniciaba su andadura en el mundo profesional. Había aparecido el cadáver de una chica y el periodista fue a hablar con la madre de la joven. Cuando le preguntó acerca del fallecimiento de su hija, la madre respondió no saber nada al respecto. La Policía todavía no había comunicado la noticia a la familia y la progenitora se enteró por la pregunta del periodista.
    En estos errores juegan un papel muy importante la inmediatez, las exclusivas y la experiencia del propio periodista. No me parece tan juzgable la actitud de la emisión de unas imágenes en directo ―donde tal vez tu propia experiencia juegue en tu contra y te haga reaccionar de una manera que en otras circunstancias considerarías no idóneas―, como sí lo es el uso de fotogramas sin pixelar en noticias de otros medios a partir del citado vídeo de TVE. Sin ir más lejos, El Mundo tituló una información ese mismo día de la emisión de las imágenes en directo: “Encuentran entre dos vagones un cadáver que podría ser el cuerpo del desaparecido Álvaro Prieto”. El problema no es el titular, sino la instantánea que lo acompañaba: un fotograma del vídeo, sin pixelar.
    Un medio, en este caso TVE, puede cometer un error, se podría llegar a entender por la circunstancias. Pero que un medio escrito, de nuevo El Mundo, en su edición digital utilice una instantánea de ese vídeo ya no es justificable. Y menos aún que vuelva a utilizarla en otra noticia al día siguiente de haberse emitido el directo, esta vez bajo el titular “Álvaro Prieto murió electrocutado entre los vagones de un tren, según el primer informe forense”. Una vez más, sin pixelar, a diferencia de otros medios que a estas alturas ya habían recapacitado. Esa reincidencia de El Mundo es imperdonable.
    RTVE actuó mal y, aunque Mañaneros se disculpó por la emisión de las imágenes y las retiraron, el daño ya estaba hecho. Tanto el cámara como el reportero eran conscientes de la existencia del cadáver, y así lo manifiesta el periodista: “Acaba de pasar un tren… Bueno, ese tren que está dando ahora mismo marcha atrás, hemos visto una imagen que podría tratarse… A ver, que no sé cómo contar esto, la verdad, porque es que acabamos de ver entre dos vagones de tren…” Incluso al programa le da tiempo a colocar el rótulo de “Exclusiva”. Es decir, fue un directo, pero algo premeditado.
    El manual de estilo de RTVE explica que “cuando deba difundir información sobre situaciones dramáticas, deberá armonizar los intereses informativos con la obligación de evitar el dolor innecesario tanto a víctimas como a familiares”. También detalla que “los primeros planos de personas heridas y cadáveres son siempre innecesarios (…). Debemos describir el horror sin causar más daño a sus víctimas. También matiza que se deben limitar las “imágenes especialmente duras” solo para aquellos casos que “tengan un alto valor informativo y su emisión sea necesaria para entender el alcance de lo sucedido”. Desde luego que mostrar las piernas del joven cordobés fallecido no puede, o no debería, considerarse indispensable para comprender que se ha hallado un cadáver entre dos vagones. ¿Por qué olvidaron el reportero y el cámara de TVE el manual de su cadena? ¿Por inmediatez o por la exclusiva?
    Por su parte, El Mundo recoge en el Principio VII del Capítulo 8 de su Libro de estilo que “la frontera, que no se debe traspasar, entre crudeza y truculencia ―en particular en la información gráfica― debe quedar siempre presente en la mente de los responsables de la Redacción”, algo que incumple no una, sino dos veces con la misma instantánea.
    El error no fue tanto la emisión de estas imágenes en directo, sino su posterior difusión y viralización por parte de particulares en redes sociales y, sobre todo, de otros medios de comunicación para ilustrar su contenido.

  3. Fue algo horrible de ver y un daño que es totalmente irreversible hacia su familia. El mayor error fue el no cortar esa emisión en directo en el momento que se están viendo unas piernas salir del vagón en marcha. En contraposición, la decisión tomada fue hacer zoom al cuerpo sin vida de Álvaro Prieto. Una orden o decisión que no ha podido ser más inadecuada y que fue totalmente evitable. Además, creo que lo peor es la viralización que tuvo el vídeo en redes sociales y en periódicos digitales como «El Mundo» que incluyeron el enlace de Twitter con el vídeo para dar la noticia del fallecimiento del joven.

  4. La actuación de RTVE fue un rotundo error que no debería haberse cometido. Estas tremendas imágenes han ejercido sin duda un daño irreparable al entorno de la víctima. Además, esta emisión no cumple el manual de estilo de la propia cadena, en el que se detalla cuál es la práctica correcta en casos de tragedia personal: «Los profesionales de RTVE extremarán su rigor con el fin de preservar los derechos de las víctimas y sus familiares a su intimidad y evitar la difusión de cualquier tipo de documento que pueda herir la sensibilidad tanto de las víctimas y sus familiares como la del público, en general».

    En las imágenes se percibe que la intención del profesional es enfocar las piernas de Álvaro Prieto. Esto se intuye por el movimiento de la cámara, que da a entender que está «buscando» el cuerpo del fallecido. Además, una vez que enfoca las piernas del joven, el profesional hace zoom, se supone que con la intención de que se vea mejor la trágica escena.

    En mi opinión, esa es la razón por la que esta cobertura es completamente inadmisible e imperdonable. Si, por el contrario, el periodista hubiera cambiado rápidamente el enfoque al darse cuenta de las imágenes que estaba emitiendo, podría considerarse un error humano. En cambio, como ya se ha comentado, el profesional insistió en grabar las piernas del fallecido.

  5. Como han respondido la mayoría de mis compañeros, lo más trascendente del caso es que el daño ya está hecho. Las imágenes del cadáver ya han sido, no solo publicadas, sino difundidas por las redes sociales y por todo Internet, y pese a que la mayoría de usuarios han mostrado su empatía ante la familia frenado su avance, no todos han actuado así. Sin embargo, es muy difícil conocer la verdad tras estas imágenes, y la respuesta a la pregunta que ahora todo el país se plantea nunca podrá ser resuelta: ¿se encontró el cámara el cuerpo antes de grabarlo y repitió su hazaña ya con la cámara delante haciéndose el sorprendido? O, por el contrario ¿era plenamente inconsciente de las imágenes que iba a captar tras el vagón? Como he dicho, tras todo este misterio que ha envuelto al video y a la desaparición de Álvaro Prieto en sí, solo cabe hacer inquisiciones infundadas. Para finalizar, cabe destacar que desde mi punto de vista, si es la última de las dos opciones cabría tener más piedad con el joven cámara que cometió un error, por muy grave que fuera, en directo, pues, de nuevo, él desconocía el alcance de las imágenes que iba a grabar y si bien es para reprenderlo laboralmente, no se puede tildar a su falta de empatía o respeto.

  6. Alba Calle Pérez:

    El protagonista de la tragedia tenía justo 18 años pero si se llegan a mostrar sus imágenes siendo menor había habido un problema mayor. Sin embargo, las fotos del chico ya sin vida son algo fuertes para un medio al que tienen acceso todas las personas sin importar la edad. Por una parte no se ha tenido en cuenta el dolor que se le ha podido causar a la familia del joven y por otra parte tampoco se ha valorado el impacto que se le puede generar al espectador al mostrar algo tan duro como es una muerte. Continuamente tenemos noticias negativas en los medios de comunicación pero rara vez se exhibe algo tan brutal como es un cadáver y mucho menos en un país de 1º mundo como es España. Se cree que el periodista ya está formado y que se sabe los códigos deontológicos para el trato de cualquier situación pero parece que eso no es del todo cierto.
    Como dice Natalia hay que evitar el dolor innecesario a familiares y esta imagen lo transmite solo con una simple mirada aparte de que quedará en los archivos del medio y se podrá ver de forma ilimitada en internet el programa en el que se dio. Cuando se emitió la noticia con la foto, el estado de Álvaro era ya conocido por la mayoría de la gente pero puede que lo mejor hubiese sido poner una foto de su entierro en vez de su cuerpo.
    Como futura profesional de la comunicación esa imagen me produce escalofríos y creo que si se pone un vídeo de alguien siendo asesinado o violado provocaría mucho revuelo porque hay que tener cabeza antes de incluir el contenido audiovisual por las emociones que puede generar. Y no solo en los medios sino en el propio internet en donde hay menos control ya que es un territorio de todos.

  7. En nuestra opinión el error no solo está en emitir y difundir estas imágenes sino es que nadie se haya parado a pensar ¿qué clase de periodistas están presentes en los medios de comunicación?

    El reportero tuvo tiempo para ver el cuerpo, llamar a los amigos y contrastar cómo iba vestida la víctima para asegurarse, avisar a la policía y en lo que llegaban confirmar que el directo seguía en pie.

    Que en ese momento el periodista no llamara a la dirección del programa para cancelar la emisión nos hace pensar que se valora más la espectacularidad, la audiencia y el morbo que la ética como ser humano. En este caso, no pensó en el bien de la familia de la víctima, no pensó en la víctima y muy probablemente no pensaría ni si a él le gustaría que le grabaran en esas circunstancias, en ese momento solo pensó en los intereses económicos del medio para el que trabaja.

    Eliminar las imágenes o que la FAPE lo denuncie está muy bien profesionalmente hablando de cara a la audiencia, pero el daño ya está hecho. La solución está en las aulas de Periodismo, los alumnos merecen recibir una educación que les enseñe a priorizar sus propios códigos éticos, que les enseñe a respetarse a ellos mismos antes que tomar malas decisiones con tal de mantener un puesto de trabajo.

    De cara a las empresas es también necesario regular las condiciones laborales, controlar los motivos de los despidos o las exigencias que se les pide a los reporteros para que estos tengan unos derechos humanos y laborales básicos garantizados a la hora de informar. Comunicar de forma libre y sin estar condicionado por un medio será la clave para que los periodistas comiencen a respetar sus propios códigos éticos y de esta forma, a pensar antes de actuar
    FCO. JAVIER ÁLVAREZ, CAMINO ARANZANA Y MARIO AZCONA

  8. Ávaro Prieto era un joven granadino que llevaba varios días desaparecido, mientras tanto la policía no había comunicado ninguna pista que nos acercara al paradero de la víctima o el motivo que desembocó a su desaparición. Durante los días que esta noticia lleno las portadas de los principales periódicos, se difundieron gran cantidad de bulos a través de redes sociales acerca del motivo de la desaparición. La primera noticia que nos indicaba el trágico desenlace de Álvaro Prieto fue publicada en el programa Mañeros de la televisión pública española.

    La primera cuestión que se puede remarcar es que llevó a los periodistas que difundieron esta información a ser los primeros en enterarse del lugar en el que estaba localizado Álvaro Prieto, incluso antes que la propia policía. Además, en el momento de la propia publicación ni la familia de la víctima conocía el trágico desenlace. Por lo tanto, podemos concluir que los allegados de Álvaro Prieto son las principales víctimas de este error periodístico. Sin embargo, la cuestión verdaderamente importante es si el cámara que graba las imágenes conocía que el cadáver se encontraba entre esos vagones que estaba enfocando, se puede presuponer que si conocía su paradero debido a que enfoca directamente ese lugar. No obstante, esto solamente lo sabrá el cámara que estaba grabando esas imágenes.

    Por su parte, el manual de estilo de RTVE recoge el protocolo que tienen que seguir sus periodistas, así como las líneas rojas a la hora de mostrar imágenes que puedan afectar a la intimidad de las víctimas. El apartado 1.1.3.2 aparece el protocolo que tienen que llevar a cabo los periodistas en el momento de difundir unas imágenes donde se pueda afectar a la intimidad de las victimas y de sus familiares. Este punto está enfocado directamente en respetar el derecho a la intimidad, especialmente en casos de sufrimiento o desgracia, como es este caso. No obstante, también aparece señalado que imágenes duras pueden publicarse si tienen un alto valor informativo. Se podría decir que estas imágenes tienen alto valor informativo puesto que nadie conocía el paradero de la víctima, ni los periodistas, ni la policía, ni la propia familia. Aunque es reseñable destacar que la emisión de las imágenes es innecesaria para entender el alcance de lo sucedido, además, se debería de haber informado en primera instancia a la policía. Finalmente, dentro de este punto del Manual de Estilo se especifica que el primer plano de un cadáver es siempre innecesario y no debe ser publicado ante las cámaras, así como ha ocurrido en el programa Mañaneros de TVE.

    Por otro lado, todos coincidimos en que este hecho supone una falta al código deontológico de la profesión y que los responsables deben de tener consecuencias debido al daño que han hecho a la familia. Sin embargo, hasta qué punto se puede criticar este hecho cuando en el mismo día se han mostrado imágenes de cadáveres o personas sufriendo en conflictos como los que están ocurriendo en Gaza o Ucrania. ¿Acaso el derecho a la intimidad de los palestinos o ucranianos tienen menos importancia que la vida de un español?

    Fdo: Daniel Mangas Diez, Marina Cabrero Duque, Marta Gamazo Rodríguez y Daniel Majerna.

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