Según afirman Mayoral, Parrat y Mera el 60% de los medios de comunicación han integrado la inteligencia artificial en sus rutinas diarias a la hora de realizar su trabajo.
Una de las grandes preguntas que se debe hacer el periodismo contemporáneo en nuestros días es si realmente la utilización descontrolada de la inteligencia artificial puede ser un arma aliada, o, por el contrario, se puede convertir en un arma de doble filo. Para muchos de los investigadores que han formado parte de este estudio científico, el problema de los efectos del uso de la inteligencia artificial a la hora de crear un contenido periodístico puede ser en ocasiones una medida negativa.
Las ‘fake news’ o noticias falsas son un problema grave que afecta al desarrollo de la información objetiva y contrastada de los propios medios de comunicación. En este aspecto, las diversas campañas y luchas constantes por parte del periodismo para frenar una oleada de información falsa siguen estando presente en nuestra sociedad. Es por ello, que una herramienta vista como algo sencillo, útil y al alcance de cualquier usuario se puede utilizar como un aliado en la lucha contra la desinformación.
Según afirmaron Palomo, Masip, y Heravi en 2022, la crítica profunda de contenidos ha sido desplazado por la inmediatez y la velocidad que ha provocado avances descontrolados por parte de la inteligencia artificial. Esta inmersión de contenidos por parte de las nuevas tecnologías ha provocado una irrupción de la automatización en todos los contenidos periodísticos, más en concreto en la información, generando un debate sobre el rol que tiene realmente esta tecnología en nuestro día a día como periodistas.
Con el fin de analizar cómo ha influido la inteligencia artificial en la desinformación masiva, la revista Estudios sobre el Mensaje Periodístico lanzó un monográfico el año pasado en el que estudia cómo la desinformación modifica tanto los mensajes como los emisores y receptores de estos, al igual que su entorno. El documento, llamado “¿Crisis de la mediación? Periodismo, política y ciudadanía ante la desinformación”, contó con la presencia de 76 investigadores que realizaron su trabajo desde múltiples países de nuestro planeta: Brasil, Chile, México, India, China, Singapur, Reino Unido y España.
Las investigaciones comprendieron desde el estudio de programas como ChatGPT, que cuenta ahora con gran apoyo, con el fin de mostrar su ineficacia e inseguridad y hacer así más fuerte la figura del periodista; hasta cómo la ideología política puede influir en las creencias sobre si una noticia es cierta o no, tomando como muestra la población chilena. En cuanto a los estudios realizados en España, Mayoral, Parrat y Mera concluyeron que el 60% de los medios de comunicación actuales ya utilizan la inteligencia artificial para la redacción de las noticias u otras actividades. Por su parte, Simón Peña, Urko Peña y Maider Eizmendi han obtenido resultados preocupantes tras analizar las opiniones expuestas en Twitter por distintos periodistas acerca de la inteligencia artificial, pues predomina la cautela en ellas. Reducir la brecha entre periodistas e ingenieros constituirá un punto clave para intercambiar conocimientos, promover un mejor periodismo interdisciplinar y formas más efectivas de contar una historia.
La IA está redefiniendo los cánones de la investigación ortodoxa y también del ejercicio periodístico, por lo que estamos convencidos de que estos contenidos serán un referente para estudios futuros y contribuirán a la continuidad del debate. Lo que este extenso cuerpo de investigación nos indica es que todavía hay muchos factores y procesos que no comprendemos detalladamente y que requieren una asimilación y una maduración para predecir tendencias. El desafío está ante nosotros y exige un esfuerzo coordinado, lo que significa que debemos continuar diversificando la investigación en esta área, estimulando y buscando investigaciones más allá de los contextos occidentales.
Como toda tecnología, si se utiliza con fines positivos, puede ser muy útil, pero la IA puede llegar a convertirse en el gran enemigo del periodismo si realmente consigue adelantar al ser humano. Por mucho que avancen las tecnologías, el periodista tradicional siempre será de gran utilidad para cualquier tipo de medio de comunicación, ya sea escrito, digital o por voz.
RAÚL ÁLVAREZ DÍAZ-GUERRA, ALBERTO DOMINGO SÁEZ, GUILLERMO GARCÍA LÓPEZ.
La Inteligencia Artificial es una evolución tecnológica peligrosa para nuestra profesión. Pero la verdad es que puede ser utilizada de forma ética. No hay que olvidar que la actividad periodística no puede ser sustituida por una IA, por la simple razón de que el periodista ofrece una visión humana de la información que está dando.
Por mucho que esta sea útil para informaciones más básicas, la producción interpretativa como pueden ser artículos de opinión y reportajes es muy complicada que sea realizada por una IA, teniendo en cuenta todo el componente humano que este tipo de publicaciones conllevan.
Por Carlota Bayo Agudo, Patricia Carballo Nieto y Mario Fernández Rodríguez