El clickbait en la era del periodismo digital

En nuestro tiempo, marcado por un flujo de información vertiginoso y una competencia feroz por atraernos, sobresale un elemento clave: el titular. Esta es la primera impresión que tenemos de una noticia y lamentablemente, algunos medios están dispuestos a todo con tal de aumentar sus visitas. En esta situación, la ética periodística pone en tela de juicio la integridad y la veracidad de la información en el mundo digital.

Reflexionemos sobre el «clickbait», término inglés para describir cómo se nos seduce con titulares e imágenes espectaculares para obtener clics de manera engañosa. Su fin es capturar nuestra atención cueste lo que cueste, convirtiéndose en una trampa para aquellos que se quedan en la superficie sin profundizar en el contenido.

En la era digital, los algoritmos y la promoción juegan roles cruciales. Las plataformas usan estos algoritmos para filtrar qué ven los usuarios, pero estos tienden a privilegiar el contenido que más interacción genera, dando pie a que se fabriquen titulares cuyo único fin es la captura de clics. La obsesión con el clic y con ser viral puede oscurecer la imperiosa necesidad de mantener los estándares éticos del periodismo.

Asumir las reglas de la comunicación digital es esencial para sobresalir, pero aquí aparece un interrogante crucial en la ética periodística: ¿estas reglas favorecen la manipulación de la información? La ética periodística, cimentada en la veracidad y la responsabilidad ante el público, no debería sucumbir ante la presión de superar en visitas a los competidores. Es imprescindible hallar un balance que permita promocionar contenido eficazmente sin sacrificar la integridad informativa.

La obligación ética en el periodismo digital es más palpable al darnos cuenta de que muchas personas se informan solo a través de los encabezados. Hoy habitamos un mundo donde la información fluye rápido y continuamente, y el pasar rápidamente de un contenido a otro en redes y medios digitales es la norma. Los encabezados se vuelven la principal fuente de información para muchos, poniendo a prueba la ética periodística desde la primera línea.

El empleo de encabezados interesantes para incitar a la lectura no es un problema en sí. Es más bien una herramienta imprescindible para capturar la atención en un medio abrumado por la información. No obstante, la frontera entre atraer audiencias y distorsionar la realidad es delgada. Una cantidad alarmante de encabezados no se alinea con el contenido real de los artículos o distorsiona datos para atraer la atención del público. A la larga, estas tácticas son dañinas ya que minan la confianza del público y propagan desinformación.

¿Qué hacer ante esto? Un abordaje holístico es necesario. Los periodistas deben ser conscientes de la responsabilidad ética en la creación de encabezados. Esto significa ser precisos, evitar distorsiones y proveer un contexto adecuado a sus piezas informativas. Por otro lado, las redacciones y medios deben desarrollar políticas internas para impulsar prácticas éticas y dar prioridad a la calidad frente a la cantidad.

Pero no sólo es tarea de los periodistas y redacciones. Las redes sociales también tienen un rol vital aquí. Los algoritmos que promueven la participación deben balancearse con estrategias que disuadan la desinformación y promocionen contenidos fiables. Ser transparentes en cómo se seleccionan y presentan las noticias puede ser la clave para reconstruir la confianza del público.

Para cerrar, la ética periodística en el mundo digital debe ser un faro de cómo se maneja la información en línea. Los encabezados, como portales a la información, deben ser honestos, ilustrativos y tener un contexto apropiado. Mantener la ética periodística en el ámbito digital no solo salvaguarda la dignidad de esta noble profesión, sino que también garantiza que el público reciba información precisa y valiosa en un medio que está saturado y en constante cambio. La verdad, aún en la era digital, sigue siendo el fundamento para construir la confianza del público.

1 comentario en «El clickbait en la era del periodismo digital»

  1. Los periódicos tienen como objetivo principal obtener beneficios y llegar al máximo de personas posibles. Por eso si tienen que recurrir al clickbait lo van a hacer. Es triste y no debería ser así, pero es un problema que tiene poca solución, a no ser que el Gobierno lo regule. Los ciudadanos lo que pueden hacer es si has entrado en un texto periodístico que el titular difiere mucho del resto del escrito, optes por no volver a leer ese medio o a denunciarlo en redes sociales, para así conseguir que se haga eco de lo que está sucediendo.
    Los principales responsables de este problema son los periodistas que tienen en su mano evitar recurrir a esa técnica simplemente por aumentar la visualización de su artículo. Pero hay que recalcar que es el consumidor quien tiene el poder de revertir esta situación.

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