Muerte en portada: la imagen que El País y El Mundo eligieron para ilustrar el atentado de Charlie Hebdo

El 7 de enero de 2015 se produjo un ataque a la libertad de expresión. Dos yihadistas asaltaron la sede parisina del semanario satírico Charlie Hebdo, conocido por sus habituales y duras críticas hacia la religión, y en concreto hacia Jesús y Mahoma. Los terroristas asesinaron a doce personas e hirieron a once.

El atentado, que sería el inicio de una cadena de ataques en los próximos meses, conmocionó no solo al país, sino a Occidente, ya que se había atentado contra la democracia y la libertad de expresión. Tanto en medios de comunicación como en redes sociales se popularizó la expresión “JE SUIS CHARLIE” para mostrar apoyo a los franceses.

Al día siguiente, gran parte de los periódicos españoles situaron en portada el momento exacto del asesinato del gendarme Ahmed Merabet. Dos de los medios que participaron en la difusión de estas imágenes fueron El País y El Mundo, dos de los periódicos más leídos de España. “Mostrar en portada un momento tan íntimo como el de la muerte de una persona reabre el debate sobre la ética de las imágenes periodísticas”, afirma el periodista Rubén Rivas de Roca García en su artículo Ética para las imágenes periodísticas: estudio de las portadas de El País y El Mundo en el atentado de Charlie Hebdo, publicado en la revista Ámbitos.

Ambos periódicos habían optado por ilustrar la portada con la misma imagen, una instantánea de los últimos segundos de vida de una persona asesinada durante la huida de los terroristas.

Hemeroteca de El País

El País dedicó cinco columnas al titular y tres a la fotografía. El pie de foto señalaba que se trataba de una imagen extraída de un vídeo, que mostraba el momento en el que los terroristas asesinaron a una de sus víctimas. “No se da por tanto información sobre quién es esta persona, ayudando a preservar en cierta manera su intimidad”, señala el artículo. El País optó por difuminar la imagen del hombre pero, según indica Rivas de Roca García, “no parece suficiente, pues resulta sencillo identificar sus rasgos”.

Portada de El Mundo extraída de Kiosko.net

El Mundo, por su parte, dedicó cinco columnas al titular y cuatro a la fotografía, de modo que la presentaba como “eje en torno al que gira toda la página”. El pie de foto, al contrario que en el caso de El País, sí identificaba al fallecido, aunque sin dar su nombre: “Uno de los yihadistas encapuchados dispara a bocajarro, en presencia de otros, a uno de los policías asesinados ayer en París”. No se difuminó el cuerpo del gendarme.

El autor del artículo afirma que El País llevó a cabo una práctica periodística “sensiblemente mejor en cuanto a salvaguarda de la intimidad”.

La publicación de esta fotografía puso de manifiesto en el campo del periodismo, una vez más, la colisión del derecho a la información y el derecho a la intimidad, ambos recogidos como fundamentales en la Constitución Española (CE).

El artículo 20.1.d) CE establece que se reconoce y protege el derecho:

“A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades”.

No obstante, el mismo artículo 20, en el punto 4, recoge que:

“Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en los preceptos de las leyes que lo desarrollen y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.”

La libertad de comunicación debe respetar el resto de los derechos fundamentales y, en especial los derechos de la personalidad, protegidos por el artículo 18.1 del texto constitucional que “garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen”.

Al margen del conflicto jurídico que esto supone, Rubén Rivas de Roca García plantea el estudio del “debate moral que en la profesión periodística genera el uso de estas imágenes”. La falta de fotografías para ilustrar la brutalidad de un ataque terrorista probablemente propició que El País y El Mundo se decantaran por publicar el fotograma del vídeo. “Lo emotivo de la imagen transmite mejor que cualquier palabra”, asegura el autor del artículo. Sin embargo, puntualiza que con la citada publicación se está vulnerando la intimidad del fallecido. Por tanto, se plantea un dilema para la profesión periodística: ¿qué se debe priorizar: la publicación de una fotografía muy interesante desde el punto de vista informativo o la intimidad del protagonista de la instantánea?

Dado que el tema del uso de imágenes que pueden vulnerar el derecho a la intimidad es recurrente en la profesión periodística, se establecen recomendaciones en los distintos códigos de regulación.

A nivel universal, la UNESCO aprobó en 1983 los Principios Internacionales de la Profesión Periodística. En el Principio 6, se recoge “el respeto del derecho de las personas a la vida privada y a la dignidad humana”.

Desde el punto de vista europeo, el Principio 23 del Código Deontológico Europeo de la Profesión Periodística afirma que “se respetará el derecho de las personas a su propia vida íntima. Las personas que tienen funciones en la vida pública tienen el derecho a la protección de su vida privada, salvo en los casos en que ello pueda tener incidencias sobre la vida pública. El hecho de que una persona ocupe un puesto en la función pública, no le priva del derecho al respeto de su vida privada”.

El Código Deontológico de la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España) establece en el Principio 4 que “sin perjuicio de proteger el derecho de los ciudadanos a estar informados, el periodista respetará el derecho de las personas a su propia intimidad e imagen”. Además, los apartados b) y c) de este principio señalan que:

b) Con carácter general deben evitarse expresiones, imágenes o testimonios vejatorios o lesivos para la condición personal de los individuos y su integridad física o moral.

c) En el tratamiento informativo de los asuntos en que medien elementos de dolor o aflicción en las personas afectadas, el periodista evitará la intromisión gratuita y las especulaciones innecesarias sobre sus sentimientos y circunstancias.

El código deontológico del Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC) señala en el Principio IV que se debe “evitar cualquier efecto o recurso que tenga una función preferentemente espectaculizadora”. Los principios V y VI, respectivamente, precisan el cuarto: “hay que procurar que en los planos de personas afectadas no se vulnere su privacidad” y “no deberían obtenerse (…) plano cortos de personas heridas, en estado de shock o en situación de sufrimiento”.

Los Libros de estilo de El País y El Mundo, medios objeto de estudio en la investigación de Rubén Rivas de Roca García, también establecen sus propias recomendaciones para el uso de imágenes que colisionan con el derecho a la intimidad. El País señala en el Principio 38 de su Libro de estilo que “las fotografías con imágenes desagradables sólo se publicarán cuando añadan información”. El Mundo recoge en el Principio VII del Capítulo 8 de su Libro de estilo que “la frontera, que no se debe traspasar, entre crudeza y truculencia –en particular en la información gráfica– debe quedar siempre presente en la mente de los responsables de la Redacción”. Este periódico, además, incluye en su manual una imagen que, según el Consejo de Prensa británico, vulneró la ética periodística. La fotografía mostraba el cadáver de una rica heredera que se había suicidado. “Extrapolando este caso, podemos interpretar que este diario no publicará fotografías de los restos mortales de personas que hayan cometido suicidio”, señala el artículo. Rivas de Roca García concluye que, ni El País ni El Mundo ofrecen en sus Libros de estilo soluciones para aquellos casos en los que se publican imágenes que puedan atentar contra el derecho a la intimidad.

Por lo tanto, en cada caso se debe ponderar y el derecho a la intimidad solo puede vulnerarse si lo difundido añade información de relevancia pública. Pese a la relevancia del ataque terrorista, una imagen que muestra a una persona momentos previos a su asesinato, “no aporta nada trascendente”, concluye Rivas de Roca García.

Patricia Carballo, Mario Fernández, Carlota Bayo

1 comentario en «Muerte en portada: la imagen que El País y El Mundo eligieron para ilustrar el atentado de Charlie Hebdo»

  1. Álvaro Gutiérrez Chapado, Inés Gutiérrez González, Alejandro Revilla Benito

    El sondeo realizado por Rubén Rivas de Roca García, destaca cómo ambos periódicos
    optaron por mostrar la misma imagen, capturando los últimos segundos de vida de la
    víctima durante la huida de los terroristas. La comparación entre la cobertura de El País y
    El Mundo revela diferencias en la presentación de la imagen y en la información
    proporcionada a los lectores.
    El autor destaca la falta de claridad en los códigos de ética de ambos periódicos en
    cuanto a situaciones que involucran la publicación de imágenes que pueden vulnerar el
    derecho a la intimidad. Se plantea un dilema ético fundamental: ¿se debe priorizar la
    publicación de una imagen impactante desde el punto de vista informativo o se debe
    preservar la intimidad del protagonista de la instantánea?
    El análisis se adentra en la colisión entre el derecho a la información y el derecho a la
    intimidad, destacando la importancia de encontrar un equilibrio que respete ambos
    derechos fundamentales, según lo establecido en la Constitución Española. Además, se
    aborda la necesidad de la profesión periodística de ponderar cuidadosamente el impacto
    informativo de las imágenes con el respeto a la dignidad y la privacidad de las personas
    afectadas.
    Además, el artículo también hace referencia a los códigos deontológicos y
    recomendaciones internacionales, como los Principios Internacionales de la Profesión
    Periodística de la UNESCO, que subrayan la importancia del respeto a la vida privada y la
    dignidad humana. La falta de soluciones claras en los Libros de Estilo de El País y El
    Mundo para casos que involucran la publicación de imágenes que puedan vulnerar el
    derecho a la intimidad resalta la necesidad de una reflexión continua y una ética más
    sólida en el periodismo.
    Por ello, el artículo plantea preguntas fundamentales sobre la responsabilidad periodística
    y la toma de decisiones éticas en situaciones delicadas, subrayando la necesidad de
    abordar cuidadosamente los límites entre el derecho a la información y el respeto a la
    privacidad en el ejercicio del periodismo.

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