Imágenes como esta aparecen continuamente en los medios de comunicación creando un dilema sobre si es correcto o no mostrar este tipo de sucesos
En la vorágine de la era digital, donde la información fluye de manera vertiginosa, la ética en el tratamiento de imágenes de heridos o muertes en los informativos de televisión se convierte en un pilar fundamental. En este contexto, los medios de comunicación asumen una responsabilidad crucial: equilibrar la necesidad de informar con la sensibilidad hacia el sufrimiento humano.
En primer lugar, debemos reflexionar sobre la naturaleza de las imágenes impactantes y su influencia en la audiencia. Vivimos en un mundo saturado de estímulos visuales, y la sobreexposición a imágenes gráficas puede tener consecuencias emocionales significativas. La responsabilidad de los medios no radica solo en informar, sino en hacerlo de manera ética, minimizando el impacto negativo en la salud mental de la audiencia.
En este sentido, la relevancia de la imagen para la narrativa informativa es un criterio esencial. Antes de difundir imágenes impactantes, los medios deben cuestionarse si su inclusión aporta verdaderamente al entendimiento de los hechos o si cae en el sensacionalismo. La sensibilidad editorial no solo radica en la selección de imágenes, sino también en su presentación. El contexto y la narrativa que acompañan a estas imágenes son fundamentales para evitar la deshumanización y el sufrimiento.
La autenticidad de las imágenes es otro aspecto crucial. La veracidad de la información es la base de la confianza pública en los medios. Antes de difundir imágenes de heridos o muertes, los periodistas deben realizar una verificación rigurosa para garantizar que las imágenes no sean manipuladas ni descontextualizadas. La desinformación puede tener consecuencias graves, socavando la credibilidad de los medios y distorsionando la percepción pública de los acontecimientos.
Un ejemplo claro es el caso de El País con la noticia de Hugo Chávez. Fue un caso bastante criticado ya que en primer lugar la foto no pertenecía a esa persona, y en segundo lugar, en la imagen se reconoce perfectamente a la persona entubada violando su derecho a la privacidad, sobre todo en un momento crítico como ese. Este polémico caso continua a día de hoy siendo un criticado y usado como ejemplo claro sobre la ética en el periodismo.
La transparencia en el proceso editorial es un principio ético fundamental. Los medios deben ser abiertos acerca de cómo seleccionan y verifican las imágenes, proporcionando al público información sobre el contexto y las decisiones detrás de la difusión de imágenes impactantes. La honestidad en el manejo de la información contribuye a construir una relación de confianza entre los medios y la audiencia.
Además, es esencial abordar la cuestión del consentimiento. En situaciones donde las imágenes involucran a personas afectadas por tragedias, la obtención del consentimiento para la difusión de dichas imágenes es una obligación ética. La falta de consentimiento puede resultar en la explotación de la vulnerabilidad de las personas afectadas y poner en peligro la integridad ética de los medios.
Otro aspecto a considerar es el respeto por la dignidad humana. Las imágenes de heridos o muertes representan momentos de gran vulnerabilidad y dolor. Los medios tienen la responsabilidad ética de evitar la explotación innecesaria de este sufrimiento. La deliberación cuidadosa sobre qué imágenes mostrar y cómo hacerlo de manera respetuosa es un acto de consideración hacia las personas afectadas y sus seres queridos.
En un mundo muy evolucionado e interconectado, donde las imágenes pueden alcanzar audiencias globales en cuestión de segundos, la ética en el tratamiento de imágenes impactantes es más relevante que nunca. La rapidez no debe comprometer la integridad ética. Los periodistas deben ser conscientes de su papel como mediadores de información y actuar con responsabilidad, considerando el impacto a largo plazo de sus decisiones editoriales.
En conclusión, la ética en el tratamiento de imágenes de heridos o muertes en los informativos de televisión es un imperativo moral en la era de las nuevas tecnologías. Los medios de comunicación tienen la responsabilidad de informar con sensibilidad, veracidad y transparencia, respetando la dignidad humana y evitando la explotación innecesaria del sufrimiento ajeno. Todo esto se resume en utilizar la ética como el pilar fundamental a la hora de publicar imágenes en cualquier medio periodístico.
Raquel García, Miguel Velázquez y Paula Carbayeda
La presentación de imágenes impactantes en los medios es un dilema ético importante y muy presente hoy en día. Por un lado, estas imágenes pueden ser poderosas herramientas para generar conciencia sobre problemas sociales o políticos. En contraposición, su presentación puede ser invasiva o insensible hacia las personas afectadas. Los periodistas y medios de comunicación deben equilibrar el deber de informar con la responsabilidad de tratar a las personas con respeto y dignidad. Es algo crucial para mantener la integridad y la credibilidad de los medios de comunicación.
Es evidente que es imposible pensar en nuestra época en noticias sin imágenes, vídeos o audios dependiendo de qué medio se trate pero en lo más básico como puede ser la prensa o la televisión hay que saber poner un límite ético y moral. El material audiovisual es una prueba de que ese hecho ha sido real y la razón por la que es noticia y no una cosa que ocurre más pero una sola foto o vídeo puede hacer mucho mal a las víctimas o seres cercanos a los que se han visto involucrados en la acción. Puede que algún material se incluya solo como adorno o acompañamiento al texto o al narrador pero muchas veces pueden sobrar en vez de cumplir su función meramente estética. Aparte de que hay que pensar en la dignidad de las personas como por ejemplo está prohibido subir fotos de menores sin la autorización de los tutores legales. para el periodista puede ser un simple recurso para hacer su trabajo pero hay que pensar en lo que puede opinar el espectador o las consecuencias que puede traer ese contenido. Los manuales de los periodistas de cada medio dejan claro qué se puede subir o no pero muchas veces más allá de las guías profesionales hace falta un poco de sentido común. Si existe una ley para evitar dañar la dignidad o reputación de una persona, no se debe atentar con contenido audiovisual y menos en algo tan poderoso como un medio.
Comentario de Alba Calle Pérez
Este tema siempre causa controversia entre los que opinan que es necesario reflejar la realidad con todo tipo de detalles y aquellos que consideran innecesario mostrar aquello que se sobreentiende al hablar de tragedias o masacres.
A nuestro parecer, esta práctica debería estar regulada ,como lo es por ejemplo la publicación de imágenes relacionadas con menores de edad. Nuestra postura se acerca a la publicada por la Fundación Gabo donde a riesgo de no existir una ética profesional y personal es necesario regularlo jurídicamente garantizando que las imágenes de carácter sensible estén controladas.
En este sentido Javier Darío Restrepo, fundador del Consultoría Ético de la Fundación Gabo, declara la obligatoriedad de que dichas imágenes cumplan los siguientes requisitos, y es que sean ciertas, objetivas y oportunas. Con este último adjetivo señala la necesidad de que dicho contenido audiovisual sea de vital importancia para entender la información publicada.
FCO. JAVIER ÁLVAREZ, CAMINO ARANZANA Y MARIO AZCONA
Hace no mucho tiempo, en la televisión se emitían programas completos como Impacto TV, o mil maneras de morir, donde se podían ver imágenes tétricas de sucesos, con afectados, fallecidos y todo tipo de situaciones que hoy día ni por asomo podríamos presenciar. El límite de esto está en hasta dónde podemos llegar en nuestra labor.
En eso es donde entran las redes sociales y el periodismo ciudadano, puesto que cuando ocurre un suceso, puedes encontrarlo en un instante en cualquier lugar, y se expande de manera vertiginosa.
En minutos ha llegado a ojos de millones de personas, y ahí juzgan a los medios de no estar presentes, pero si los medios publican algo, se están saltando códigos y normas morales y legales. No sé, pienso que se debe tener la misma medida con unos y otros. Si quieren periodismo íntegro y de calidad, a veces hay que cruzar alguna que otra barrera. Si no, la credibilidad que nos da la sociedad, cada vez será menor, y el intrusismo reinará en todos lados.
Creemos que las imágenes son una parte fundamental del periodismo y que son muy necesarias a la hora de dar a conocer lo que está pasando y mostrar al mundo la realidad de lo que vivimos. Un ejemplo es todo el desastre que hay en Gaza o la destrucción de Ucrania con miles de muertos, esas imágenes hay que mostrarlas y dar visibilidad a lo que ocurre a nuestro alrededor. Sobre todo para informar y concienciar a la población.
Otro tema completamente distinto es cuando los medios buscan el «clic» fácil y solo quieren ganar audiencia con imágenes morbosas e innecesarias como pueden ser la asociada a Hugo Chávez, donde te entrometes en la privacidad de la persona y no respetas su intimidad. Esa fotografía es totalmente absurda, ya que no tiene interés periodístico.
Por eso es muy importante saber qué fotografías son necesarias y cuáles sobran en los medios de comunicación.
Marcos Faura, Alba Gutiérrez y Adriana Díez