¿Qué hay de verdad sobre la masacre de los bebés en Israel?

El pasado 7 de octubre el estado de Israel declaró la guerra a Gaza tras el ataque sorpresa por
parte de las milicias de Hamás. Después de la ofensiva del grupo islámico-palestino, los medios
de comunicación comenzaron con la divulgación de imágenes e informaciones que en varias
ocasiones han resultado ser falsas. Entre ellas, cabe destacar la difusión de unas imágenes a
cargo del gobierno israelí de cuarenta bebés decapitados en uno de los ataques de Hamas.
Según el periódico El Mundo, fue el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien le
enseñó a Antony Blinken, jefe de la diplomacia estadounidense las «abominables fotos de
bebés asesinados y quemados por los monstruos de Hamas» indicó la oficina del jefe de
gobierno. Conocida la información, el gobierno americano no dudó en ponerse en marcha en
cuanto a la difusión de las fotografías.
Estas imágenes calaron en la prensa de todo el mundo, periódicos como El Español publicó en
un artículo un video compartido por la cuenta de Twitter del canal de televisión israelí
i24news, aunque bien es cierto que la misma periodista del medio declaró que su única fuente
era un soldado israelí que no estaba seguro de los hechos. También la presidenta de la
comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se pronunció al respecto con un tuit denunciando la
masacre y que no dejó indiferente al gobierno de Sánchez.

Finalmente, tras la difusión de todas estas noticias, se demostró que se trataban de falsas
informaciones que había propiciado el ejército israelí para avivar el odio hacia Palestina. Desde
la Casa Blanca se emitió un comunicado que afirmaba que ni el mismo Joe Biden ni su equipo
directivo había visto dichas imágenes ,con el objetivo de rectificar al presidente por una frase
que pronunció sobre los bebés asesinados en Kibutz.
Por otra parte, Hamas, negó haber «matado niños, decapitado y atacado a civiles» durante su
ataque a Israel y rechazó las «acusaciones inventadas» que han sido «propagadas por algunos
medios de comunicación occidentales que adoptan la narrativa sionista», según cuenta El
Mundo.
El primer punto de los principios de actuación del código deontológico de la FAPE recoge lo
siguiente:
El compromiso con la búsqueda de la verdad llevará siempre al periodista a informar
sólo sobre hechos de los cuales conozca su origen, sin falsificar documentos ni omitir
informaciones esenciales, así como a no publicar material informativo falso, engañoso o
deformado. En consecuencia:
a) Deberá fundamentar las informaciones que difunda, lo que incluye el deber que
contrastar las fuentes y el de dar la oportunidad a la persona afectada de ofrecer su propia
versión de los hechos.
b) Advertida la difusión de material falso, engañoso o deformado, estará obligado a
corregir el error sufrido con toda rapidez y con el mismo despliegue tipográfico y/o
audiovisual empleado para su difusión. Asimismo difundirá a través de su medio una
disculpa cuando así proceda.
c) Asimismo, y sin necesidad de que los afectados acudan a la vía judicial, deberá facilitar
a las personas físicas o jurídicas la adecuada oportunidad de replicar a las inexactitudes
de forma análoga a la indicada en el párrafo anterior.
En este principio, queda constancia cómo con la publicación de estas
falsas informaciones se ha atentado directamente contra la ética del periodismo y,
además, con estas imágenes tan explícitas se ha buscado herir la sensibilidad del mundo
occidental para crear un cierto posicionamiento a favor de Israel, lo cual hace pensar
en que no solo entran en juego los códigos morales infringidos, sino también, los intereses
políticos de cada nación.
Esto es un claro ejemplo de cómo el periodismo de guerra en nuestros tiempos se ha
infectado de las llamadas «fake news´´, falsas noticias que se envían y se reenvían
diariamente a través de las redes sociales y que no son contrastadas por ningún medio.
Todo esto pone en duda la labor del periodista, cuando son ellos mismos quien difunden
estas informaciones en vez de contrastar datos para llegar a lo que es real y lo que no, lo
cual debería ser un factor principal para no violar el código moral de la profesión.


Realizado por: Alba Gutiérrez, Marcos Faura y Adriana Díez.

2 comentarios en «¿Qué hay de verdad sobre la masacre de los bebés en Israel?»

  1. La primera víctima en toda guerra es la verdad. Esquilo, dramaturgo, fue el pionero en utilizar esta frase en la Antigua Grecia. Esquilo había experimentado en su lucha contra los persas la manipulación y las mentiras que reinan en época de caos.
    Aproximadamente 2.500 años después la frase del dramaturgo sigue vigente. Se pudo ver de forma clara en la Primera Guerra Mundial. El uso desmesurado de la propaganda, ya fuese a través de panfletos, carteles, caricaturas, cine, etc., se basó principalmente en información falsificada. Por ejemplo, el uso de supuestos crímenes atroces realizados por los alemanes fue un tema muy recurrente para la propaganda aliada. Cuando se descubrió la verdad, se desató una oleada de protestas en Europa. Los ciudadanos se sentían engañados.
    En la Segunda Guerra Mundial volvió a suceder. Para Goebbels una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. De hecho, la Segunda Guerra Mundial comenzó con una mentira: Polonia estaba atacando a Alemania y los alemanes solo se defendían. Así justificaron la invasión.
    En 2022, cuando los soldados ucranianos lograron entrar en Bucha, hallaron multitud de cadáveres en las calles de esta localidad. La brutalidad de las imágenes produjo que se viralizaran y Rusia, en un esfuerzo por depurar sus responsabilidades, acusó a Ucrania de haber falseado los cadáveres. De hecho, se llegó a decir que algunos supuestos fallecidos se movían. No obstante, meses más tarde, la ONU (Organización de las Naciones Unidas) determinó que la masacre en Bucha era verdadera: Rusia había asesinado a 73 civiles ucranianos.
    En 2023 ha vuelto a suceder. Esta vez el bulo ha girado alrededor de los supuestos bebés asesinados. Se repite la misma historia propagandística, solo que la cuentan distintas personas.
    Además de mencionar la verdad y cómo la FAPE la incluye en el código regulador de la profesión, es interesante referirse también al concepto de “veracidad”.
    El Código Europeo de Deontología del Periodismo establece en su Principio VIII que los ciudadanos tienen el derecho de “de exigir que la información que se da desde el periodismo se realice con veracidad en las noticias y honestidad en las opiniones sin injerencias exteriores, tanto de los poderes públicos como de los sectores privados.”
    Una información se considera “veraz” cuando el periodista contrasta su contenido y actúa con diligencia.
    Según El Confidencial, más de cien medios españoles publicaron el bulo sobre los bebés asesinados cuando la propia reportera de la cadena de televisión israelí matizaba que la noticia se basaba en “lo que dijo uno de los comandantes”. Es decir, más de cien medios españoles no fueron diligentes, sino que, una vez más, han actuado como altavoz de un gobierno en lugar de acogerse a su función de «watchdog».

  2. Alba Calle Pérez:

    La verdad siempre por delante en el periodismo debido a que una de las cosas que más interesan a los medios es la credibilidad para no perder público. Si tenemos un medio que solo dice mentiras se arruinaría con el tiempo debido a que perdería espectadores poco a poco. Es como si se dice que la Luna está hecha de queso cuando científicamente es imposible. Obviamente por importante que fuese el medio y causase mucha impresión esa noticia en las redes sociales y en la sociedad se descubriría que es mentira en casi minutos. Obviamente otros medios correrían a hablar con científicos o expertos de astronomía para dejar claro que lo del queso era una falacia enorme aunque la propia mente de una persona racional diría que lo que decía el medio sobre la Luna era una locura.
    Puede que se haya usado esta información por un motivo bélico pero algo tan trágico como la muerte o que incluso un soldado haya servido de testigo pues es otro nivel debido a que una cosa es destruir un edificio importante pero otra es matar a bebés y decapitarlos.
    Por una parte hay que admitir que fue un buen recurso para multiplicar el odio hacia Palestina pero seguramente al parecer de los espectadores algo demasiado brutal e incluso cruel.
    El espectador tiene emociones y algo como una matanza de niños puede generar muchos miedos y traumas, sobre todo a familias que tengan recién nacidos.
    Las mentiras hacen su efecto casi al segundo y puede que el daño sea difícil borrarlo ya que no sirve solo decir que es mentira y ya.
    A lo largo de la historia como dijo Patricia en el mensaje anterior se ha usado la información falsa y estamos en una época en la que las fake news son el principal enemigo del periodismo.
    Las mentiras deben descubrirse con mucho trabajo porque algunas están muy bien hechas pero el profesional de la comunicación ha de perseguir esa verdad que tan escasa parece ser, no debe inventar para conseguir visitas ni tampoco debe creerse todo lo que llega a la redacción.
    Los propios manuales de estilo de los medios piden una mirada crítica antes de publicar las noticias y es algo que requiere un doble esfuerzo pero moralmente hay que hacerlo si queremos que la verdad esté por delante siempre.

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