La Eutanasia es un tema muy polémico y es muy comentado en las mesas de debate en los medios de comunicación. Si nos encontramos en muy malas condiciones, ¿debemos tener el poder de elegir cuándo y cómo dejar este mundo? Opinamos que sí, ya que si un ser humano esta viviendo con tantas dificultades que el hecho de vivir le supone un esfuerzo enorme, es totalmente comprensible que esa persona tenga pleno derecho para decidir qué es lo que quiere hacer o no. Es muy simple respetar al prójimo y aunque su decisión nos pueda parecer la incorrecta, la persona en cuestión es quien realmente sabe cómo se encuentra y qué es lo mejor para ella.
RAÚL ÁLVAREZ DÍAZ-GUERRA, ALBERTO DOMINGO SÁEZ, GUILLERMO GARCÍA LÓPEZ
Pese a estar de acuerdo con el derecho a la eutanasia en ciertos casos, no es correcto que la persona en cuestión sea plenamente consciente de qué es lo mejor para ella. La clave en favor de la eutanasia es la libertad del individuo para determina cuándo y en qué circunstancias acabar con su vida por el motivo que sea. Sin entrar a valorar si es lo mejor o no para la persona hablando en términos de salud, prima la libertad de la persona a equivocarse, porque tiene derecho a hacerlo.
Si tenemos derecho a vivir, ¿por qué no tener derecho a morir? La eutanasia, especialmente en sectores creyentes o conservadores de la sociedad, es para muchos una práctica moralmente imperdonable. Afirman que la decisión de morir no es nuestra, pero son los mismos que defienden el derecho a la vida. Si una persona tiene el derecho a decidir vivir, por consiguiente tiene derecho a decidir morir. Vida y muerte van completamente ligadas, por lo que la capacidad de decisión de una implica la otra.
El perfil de quienes solicitan la eutanasia generalmente es el de personas de mediana y avanzada edad, con enfermedades graves de tipo neurológico u oncológico. Son personas en condiciones inhumanas, cuyo sufrimiento o dolor es tan grande que solo pueden recurrir a la única alternativa. Se les debe dar por tanto la capacidad de acabar con ese sufrimiento, pues al fin y al cabo implica vivir en condiciones inhumanas.
No obstante, es fundamental que la eutanasia, puesto que es un procedimiento médico, esté regulada y únicamente se aplique en casos de necesidad o cuya decisión sea tomada, en la medida de lo posible, en pleno uso de las facultades del que la solicita. La muerte es el final de la vida, y de la misma forma que todos debemos tener la capacidad de vivir una vida digna y elegir sobre ella, también debemos tener esa capacidad a la hora de finalizarla.
Por Carlota Bayo Agudo, Patricia Carballo Nieto y Mario Fernández Rodríguez